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El CSIC microfilma los 355 tomos del Registro de Aranjuez

Reducir los 355 tomos de que consta el Registro Civil de la ciudad de Aranjuez (40.000 habitantes) a una veintena de carretes de microfilme ha sido la tarea que ha llevado a cabo durante el último mes el Instituto de Demografia, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se trata del primer Registro Civil de la Comunidad de Madrid cuyos fondos se microfilman.

Un equipo de estudiosos, dirigidos por el profesor David Sven, han microfilmado este registro que estaba íntegro desde su creación en 1870 hasta la actualidad. De los datos obtenidos se desprende que este Real Sitio ha creeido, regularmente en el último siglo, a excepción de algunos momentos, como la epidemia de, cólera de 1885, que redujo la población en un 13%.En 1994, el lnstituto de Demografia eligió a Aranjuez como población con unas determinadas características urbanas para Bevar a cabo un estudio sobre la evolución de la mortalidad infantil y juvenil y el desarrollo urbano. Al elegirse Aranjuez se comprobó que los datos relacionados con los fondos parroquiales estaban muy incompletos, pero en cambio el Registro Civil estaba intacto, a pesar de haber sufrido un incendio y varias inundaciones.

El estudio analiza la evolución del número de habitantes, los índices de mortalidad, natalidad, nupcialidad y movimientos migratorios.

Censo de Floridablanca

El primer censo de habitantes que se toma como punto de partida es el llamado censo de Floridablanca, de 1787. En los umbrales del siglo XIX, la población de ribereños era de 2.653 personas. A partir de esa fecha, la población experimenta un crecimiento continuo y algunos períodos de retroceso. El mayor tirón se produce a partir de 1930, con la afluencia de movimientos migratorios, alcanzándose los 37.265 habitantes en 1986.Sin duda, el gráfico más llamativo de todos es el que se refiere a la mortalidad. El primer fallecimiento del que se tiene constancia en el Registro Civil es el de Balbino Hernández Pérez, un niño de tres años que murió a causa de una quemadura, el 1 de enero de 1871. Desde ese primer caso hasta nuestros días, el gráfico muestra unos picos muy significativos. El primero en 1885, cuando se produce una epidemia de cólera morboasiática que eleva el número de fallecidos de 34 a 126 difuntos por cada 1.000 habitantes. La ciudad perdió el 13% de su población en 20 días, de mediados de junio a principios de julio.

Otros momentos críticos fueron una epidemia de viruela en 1 890, que afectó, especialmente a la población joven; una epidemia de gripe en 1918, y la guerra civil. Esta última elevó la mortandad a 25 difuntos por cada 1.000 habitantes, es decir, una tasa inferior a la habitual (34 de cada I.COO) que se daba a finales del siglo XIX. El material microfilmado no está a disposición del público.

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