El Rey pide que las "necesarias diferencias se sustancien huyendo del enfrentamiento
El vídeo de la sesión solemne que abrió ayer el Congreso -diputados y senadores juntos- la VI legislatura de la democracia podría repartirse en escuelas y universidades. La esencia de la Constitución -el poder- se haría patente en un sube y baja de centímetros: ochenta más abajo -José María Aznar-, se está en el banco azul y se ostenta el poder con sus prerrogativas; ochenta más arriba -Felipe González-, se ocupa el escaño de la oposición. Sobre todos, presidiendo, los Reyes con el Príncipe heredero y el poder arbitral de la Corona ejercido por don Juan Carlos invitando a zanjar los hábitos crispados: las diferencias son legitimas y necesarías, pero deben sustanciarse en un diálogo que huya del enfrentamiento".La clave de ese formidable aparato que es el Estado democrático consiste ya entre nosotros -después de siglo y medio de zozobras- en que a las doce menos diez Felipe González subió un peldaño más que en los últimos trece años y se instaló en la oposición. Minutos después, José María Aznar ocupó el primer sillón del banco del, Gobierno, encabezando a sus catorce ministros.El Rey, vértice del Estado, desde el centro geométrico de la presidencia del hemiciclo, recordaba que se cumplen "veinte años desde la primera consulta democrática de nuestra historia reciente" y que, _"desde,entonces acá, las sucesivas ,elecciones generales han ido con formando y confirmando la secuencia, de nuestra normalidad democrática, en la que felizmente vivimos".
Tan patente se hacía en el Congreso la afirmación de don JuanCarlos que todo el cataclismo político de unas elecciones en democracia se resolvió ayer, en el suave vaivén parlamentario de González y Aznar a la hora de sentarse en sus nuevos escaños.
Pero el juego de la democracia formal no ocultó el problema central de la nueva legislatura que se abría ayer: la mayoría parlamentaria- que sustenta al Gobierno está integrada por el PP y las fuerzas, nacionalistas de mayor peso histórico.
Ni la solemnidad de la ocasión ni sus actores principales -el Rey y él presidente del Congreso, Federicó Trillo- permitían apuestas políticas concretas, pero se escucharon formulaciones muy sugerentes.
Trillo se dirigió a don Juan Carlos diciéndole que estaban presentes- "unidos en la Corona, como los antiguos Reinos y Territorios de la Monarquía Hispánica, quienes constitucionalmente representan a los distintos pueblos de una España que se enriquece con su pluralidad". Se refería a los presidentes de las comunidades autónomas, que ocupaban lugar preferente en la tribuna de invitados, con la ausencia del de Galicia, Manuel Fraga, y la presencia del de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y el del País Vasco, José Antonio Ardanza.Nuevos caminos
El Rey, de modo más genérico, pero significativo, abordó "el espíritu de concordia y coincidencia en los fundamentos últimos y los valores esenciales de¡ sistema democrático" que recoge la Constitución para asegurar que el mérito de nuestra Carta Magna está en "poder adaptarse con flexibilidad a circunstancias cambiantes y proponer vías de solución que no debemos temer explorar". Era una invitación expresa a transitar sin miedo por las posibilidades constitucionales "despejando incógnitas y abriendo caminos para iniciar el siglo XXI con decisión y eficacia", según palabras del propio don Juan Carlos.
El Rey definió, como tarea importante ¿le esta legislatura, la consolidación del Estado de las Autonomías y no olvidó enumerar como metas la erradicación de la violencia terrorista, la marginación social o la droga. Del proceso de integración europea dijo don Juan Carlos que "depende nuestro futuro" e invitó a "incrementar el protagonismo de la Comunidad Iberoamericana y a dirigir "una mirada de esperanza al mundo mediterráneo".
Desde la tribuna principal de invitados le escuchaban la inflanta Elena, con su esposo, don Jaime de Marichalar, y la infanta Cristina. Cerca, doña Pilar y doña Margarita de Borbón, y en el resto de la tribuna de invitados los primeros representantes institucionales: el presidente del Tribunal Constitucional, Álvaro Rodríguez Bereijo; el del Consejo del Poder Judicial, Pascual Sala; el fiscal general del Estado Carlos Granados, y los jefes de los tres ejércitos.
El presidente de la CEOE, José María Cuevas, se instaló junto al secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez. También estuvieron el presidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, y el Defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda.
Suárez receta consenso
La presencia de ex altos cargos fue muy nutrida en la sesión de ayer: Félix Pons y Landelino Lavilla, ex presidentes del Congreso, o Antonio Fontán y Cecilio Valverde, del Senado, se sentaron en las tribunas la de: Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno, que siguió el acto junto a las esposas del presidente del Congreso, Federico Trillo, y del Senado, Juan Ignacio Barrero.Al concluir la ceremonía, el gran impulsor de la transición deso que son necesarios se sigan practicando durante mucho tiempo" porque: "consensuar o dialogar no sólamente no es delito, sino que es una gran virtud democrática".
Respecto de la definición del nuevo Gobierno- Suárez fue causado comportamientos, las decisiones y el talante con que se asuma la parcela de poder que legítimamente le corresponde a cada uno".
El hecho de que ahora el líder de la oposición haya estado trece años en el Gobierno debe suponer.
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