La matanza de Qana no fue un error, asegura la ONU
El informe definitivo de Naciones Unidas sobre el bombardeo de un campo de refugiados en el sur de Líbano el pasado 18 de abril asesta un serio golpe a Israel, que hasta ahora había justificado la acción en la que murieron 102 civiles como fruto de un error de sus mapas militares. "Aunque esa posibilidad no puede descartarse por completo, es improbable que el bombardeo del recinto de la ONU fuera el resultado de crasos errores técnicos y/o de procedimiento", asegura el informe, que provocó duras críticas de Estados Unidos contra el secretario general de la ONU, Butros Butros Ghali: "Nos preocupa que haya optado por extraer conclusiones injustificadas sobre el incidente, que van a polarizar la situación, en lugar de sacar lecciones prácticas que prevengan su repetición", señaló Nicholas Burns, portavoz del Departamento de Estado.
La investigación de lo ocurrido ha sido dirigida por el general de división holandés Frank van Kappen, asesor militar de Boutros-Ghali, que en la presentación del informe a los miembros del Consejo de Seguridad hace suya la conclusión fundamental y reitera que "el modelo de los impactos de la munición utilizada contra la zona de Qana muestra como improbable que el bombardeo fuera resultado de errores técnicos o de procedimiento". En el documento se añade que en contra de lo que asegura. el Gobierno de Israel, durante el bombardeo había en la zona dos helicópteros israelíes y un avión de reconocimiento de control remoto.
En cuanto a la presencia de comandos de Hezbolá entre los refugiados, el informe señala que dos o tres personas entraron en el campo para ver a sus familias, sin especificar si las visitas fueron anteriores o posteriores al bombardeo.
Para elaborar el documento, el general van Kappen viajó a la zona y se entrevistó con todas las partes implicadas.
