El Banco de España baja un cuarto de punto los tipos de interés hasta situarlos en el 7,5%
El Banco de España sorprendió ayer con una rebaja de un cuarto de punto en el precio oficial del dinero, que queda en el 7,5%. El recorte, el cuarto en lo que va de año, se produce antes de lo esperado y se entiende como una señal de apoyo al ajuste presupuestarlo que prepara el recién constituido Gobierno del PP. La medida, seguida sólo por la banca pequeña y mediana, ayudará a compensar el efecto restrictivo que el recorte tendrá sobre el ya debilitado crecimiento económico. La peseta, que sigue siendo la más fuerte del SME, y la inflación, en mínimos históricos, no eran impedimento para ello. La moneda española y la deuda acogieron con subidas muy moderadas la decisión del Banco de España mientras que la Bolsa perdió un 0,56%.
El Banco de España no ha esperado a conocer la inflación de abril, que se publicará el día 14, ni a que el Bundesbank redujera la tasa llamada repo, equivalente al tipo decenal español rebajado ayer, para efectuar un nuevo recorte del precio del dinero que ayudará a estimular el debilitado crecimiento de la economía española. Pese a haberse producido antes de lo esperado, la autoridad monetaria tenía margen suficiente para tomar la decisión, según coinciden en señalar varios analistas. Además del buen comportamiento de la inflación y de la intensa apreciación de la peseta, España mantiene aún un diferencial muy elevado en los tipos a corto plazo con Alemania: 4,15 puntos porcentuales cuando a principios de 1995 éste era sólo ligeramente superior a dos puntos.En el mercado se esperaba un nuevo recorte en los intereses de entre 0,25 y 0,50 puntos antes de verano y siempre que el IPC, que en marzo bajó al 3,4%, siguiera comportándose favorablemente. Pero nadie contaba con que se produjera de forma tan inmediata, sobre todo teniendo en cuenta la cercanía y envergadura de las dos últimas rebajas aplicadas en marzo y abril. Desde principios de año, el banco emisor ha reducido los tipos oficiales del 9% al 7,5% a medida que han ido bajando los precios y se han conocido datos positivos sobre la reducción del déficit público.
Recorte moderado
En la decisión de ayer ha influido precisamente la perspectiva de que la consolidación fiscal siga adelante. Varios analistas señalan al recorte presupuestario de 200.000 millones de pesetas anunciado por el nuevo Gobierno el día anterior como la razón que ha podido animar al Banco de España a adelantar, eso sí, con un recorte muy moderado, la esperada medida.
"Se ha formado un nuevo Gobierno que ha anunciado medidas de recorte del gasto público suficientes para que el Banco de España considere que las perspectivas de política económica son favorables", señala Antonio Zamora, de Analistas Financieros Internacionales. El servicio de estudios del BCH atribuye también a este ajuste y al compromiso del nuevo gobierno para cumplir los criterios de convergencia europea la decisión del banco central. Los economistas de esta entidad creen que de llevarse a cabo el recorte presupuestario se podrá "cumplir el objetivo de déficit para 1996 [4,4% del PIB]".
Con esta nueva rebaja del precio del dinero, que debería contribuir a reducir el coste de financiación de las familias y las empresas, el banco central quiere asegurarse de que la economía española crece de forma sostenida y no se contagie del parón económico que sufren sus dos principales socios europeos: Alemania y Francia.
La previsión de crecimiento del PIB español para este año se ha reducido del 3,5% que inicialmente recogieron los presupuestos generales elaborados por el anterior Gobierno socialista a una tasa cercana al 2%, aunque esta última estimación no se ha reconocido aún oficialmente.
El ministro de la Presidencia, Francisco Álvarez Cascos, calificó de "prudente y necesaria" la rebaja. En la conferencia de prensa posterior a la primera reunión del nuevo Ejecutivo, destacó que el recorte es una muestra más de la actitud de colaboración que han mantenido las autoridades económicas designadas por el Gobierno de Felipe González con el recién formado gabinete ministerial del PP.
La bajada refleja, además, las buenas perspectivas que maneja el Banco de España en materia de precios pese al temor generalizado sobre la posibilidad de que el IPC de abril quiebre la tendencia a la baja de la inflación. Y es que la fuerte subida de los carburantes y del precio de la carne de pollo, a raíz de la crisis de las vacas locas, puede traer algunas sorpresas, según han advertido en los últimos días algunos analistas. El dato de abril y las medidas que adopte el nuevo Ejecutivo servirán para definir si hay margen de maniobra para reducir de nuevo los intereses antes de verano.
El BCH cree que si el Bundesbank reduce el citado repo (depósitos con pacto de recompra a catorce días) en las próximas semanas (ahora está en el 3,30%) se "favorecería nuevos descensos de los tipos de interés por parte del Banco de España que intentaría así evitar una mayor ampliación del diferencial en los tipos a corto plazo con Alemania". Esta entidad cree que la tasa oficial podría bajar otros 0,25 o incluso 0,50 puntos en los próximos dos meses.
Evolución de la inflación
En cualquier caso, las perspectivas inflacionistas para los próximos meses son casi unánimemente positivas. El servicio de estudios del BCH cree que la inflación se situará en el 3% a finales de año "por los previsibles avances en la liberalización de algunos mercados, la aplicación de una política fiscal muy restrictiva en la segunda mitad de 1996 y en 1997 y la continuación de la moderación salarial".
La persistente fortaleza de la peseta también ha facilitado el recorte de los tipos. Normalmente, una rebaja de los intereses reduce el atractivo de los activos denominados en esa moneda y provoca su depreciación.
Estos efectos, que paradójicamente no se han dado con las últimas bajadas, permitirían al Banco de España ahorrase las intervenciones que casi a diario ha venido efectuando en los mercados de divisas vendiendo pesetas para evitar que la moneda española se aleje excesivamente de su cambio central en el SME (85,07 pesetas por marco) y permitió reponer velozmente el nivel de reservas.
Fría reacción de los mercados
Los mercados financieros españoles reaccionaron de forma dispar al recorte de los tipos decidido ayer. La gran mayoría de analistas apostaban por rebaja dé medio punto y, en ese sentido, la prudencia del Banco de España causó algo de decepción, sobre todo en la Bolsa. El índice general de Madrid perdió un 0,56%.La peseta y la deuda, a diferencia, acogieron con subidas el anuncio. Pero las ganancias se redujeron al cierre a causa de la fortaleza de última hora del marco y la caída de la deuda alemana. La razón fue la publicación de un dato mejor de lo previsto sobre la producción industrial de marzo en ese país alejó las esperanzas de que el Bundesbank baje los tipos de interés próximamente. La peseta cerró con una ganancia de 15 céntimos, a 83,31 pesetas por marco. El mercado de deuda entendió el recorte como un mensaje de confianza y subió, aunque moderadamente. Las compras permitieron que la rentabilidad de la obligación a diez años -referencia para los préstamos a largo plazo- se moderara hasta el 9,25% y su diferencial con Alemania -que refleja la desconfianza del ahorro exterior en la economía española- bajó de 2,74 a 2,71 puntos, el mínimo desde principios de 1994.
El Tesoro se pudo permitir reducir en 0,67 y 0,47 puntos, respectivamente, la rentabilidad de los bonos a tres años y la de las obligaciones a 10 años, que quedan en el 8,04% y el 9,19%. En la última semana, el saldo de deuda pública española en manos de extranjeros aumentó en 248.300 millones hasta los 3,56 billones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.