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AZNAR, PRESIDENTE DEL GOBIERNO

El recién investido, saluda el "encuentro histórico" con los nacionalistas

"Después de 20 años". Cuatro palabras resumen el estado de ánimo de los dirigentes del Partido Popular ayer, al concluir la sesión de investidura de José María Aznar. El nuevo presidente del Gobierno, minutos después de la votación que le encomendó las llaves de La Moncloa, destacó esta circunstancia de la larguísima espera y, además, el carácter de "encuentro histórico" de las fuerzas del centroderecha que representa el pacto con los nacionalistas.

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Sobre su traslado a la residencia oficial del jefe del Ejecutivo, aseguró que no tiene prisa. De momento, seguirá residiendo en su domicilio particular, un amplío chalé; de la urbanización La Moraleja, en las afueras de Madrid. Hará la mudanza, dijo, "cuando me manden".Aznar anunció un ritmo trepidante para los primeros días del nuevo Gobierno. Los populares quieren que a los dos meses de negociaciones transcurridos desde las elecciones del 3 de marzo suceda una presencia intensa del Ejecutivo resultante, que se note el cambio. Tras el anuncio oficial de la lista de los 14 miembros, hoy por la tarde, los titulares de los departamentos jurarán el cargo el lunes por la mañana.

El Consejo de Ministros se reunirá por primera vez el martes para hacer los primeros relevos de altos cargos de primer nivel. Celebrará sesión, de nuevo, el viernes. En esta ocasión se sustituirá ya, previsiblemente, el escalón ministerial de los secretarios de Estado.

En contra de lo que esperaban los dirigentes de los dos principales sindicatos, la cita con los agentes sociales se aplaza a la próxima semana, aunque Aznar insistió en que desea abordar las conversaciones para la concertación social con rapidez. Y no lo tendrá fácil.

En un pronunciamiento conjunto, las ejecutivas federales de CC OO y UGT advirtieron al recién investido de su "más absoluto rechazo" a la privatización de empresas públicas anunciada por Aznar y lamentaron la ausencia de medidas concretas para la creación de empleo en el discurso programático del viernes. Los sindicatos admiten, no obstante, que esperan conocer estas medidas "en el anunciado proceso de diálogo social". Ambas centrales adelantan que aportarán a las conversaciones sus propias propuestas sobre generación de empleo "estable y con derechos" y se pronuncian por un proceso de convergencia con la Unión Europea que comprenda también "el plano social" y que en ningún caso se realice a costa de los derechos y prestaciones sociales.

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Los dos sindicatos, que el viernes recibieron de Aznar el aviso de que el límite para la concertación social es el carácter irrenunciable de la convergencia, contestaron ayer que el límite para la reducción del déficit deben ser los recortes sociales.

En sus primeras declaraciones tras la votación de investidura, el nuevo presidente del Gobierno, de pie en la sala de columnas del edificio nuevo del Congreso de los Diputados, no quiso dar ningún detalle sobre la composición de su Gobierno. Admitió que es "tozudo" en el respeto de los plazos. "No me importa que me lo reprochen", dijo. Y pareció sugerir que la portavocía será finalmente para la titular de Cultura y Educación, Esperanza Aguirre. "Será más bien ministra que ministro", fue la expresión exacta.

Aznar bromeó sobre el perfil de su Gabinete. "Será magnífico", dijo. Más en serio, reafirmó que su acción de gobierno se realizará desde la definición adelantada durante el debate: "De centro y reformista". Y subrayó el carácter emotivo que el acontecimiento tiene para el PP, después de dos decenios de oposición.

"Es un día especialmente importante, y no sólo para mí. Es la primera vez que el PP llega al Gobierno, es la primera vez que hemos cerrado acuerdos que significan un encuentro histórico", dijo en referencia a los pactos con los nacionalistas. "Se ha abierto una nueva etapa en la historia democrática de España", subrayó el recién investido para presidir el Gobierno y "se ha hecho desde la normalidad".Referencia a ETA

En el hemiciclo, el todavía candidato había hecho poco antes un anuncio relevante. En el debate con la única diputada de Eusko Alkartasuna, Begoña Lasagabaster, que le había reclamado atención al pacto de Ajuria Enea, pero en su integridad, José María Aznar dijo que asume "todos sus elementos, todos". Pero, añadió, ya veremos si todos se pueden aplicar. "No depende de nosotros. Ya veremos lo que hacen otros".

Sin una cita expresa, Aznar pareció referirse al apartado del pacto que prevé la posibilidad de un "final dialogado" para la violencia terrorista. En la precampaña electoral, en. un acto de homenaje al dirigente del partido Gregorio Ordóñez , asesinado por ETA, había señalado ya que esa previsión existe en el acuerdo de Ajuria Enea, aunque advirtió que en aquel momento no se daban las mínimas condiciones para intentarla.

La jornada pública de Aznar terminó en el Congreso en un ambiente risueño. A un periodista que le hizo una pregunta sin felicitarle por la investidura le interrogó en broma: "¿Ah, y usted no me va a dar la enhorabuena?".

Cuando el protagonista dio por cerrada la breve conferencia de prensa y se marchaba, una informadora le reconvino, a su vez, por irse sin despedirse de los periodistas que han seguido habitualmente su actividad en la oposición. Aznar se dio la vuelta y repartió besos y apretones de manos mientras era felicitado.

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