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Las discrepancias entre musulmanes y croatas de Bosnia bloquean el programa de ayuda militar estadounidene

El programa del Gobierno de Estados Unidos para equipar y entrenar al Ejército bosnio está paralizado por las discrepancias entre musulmanes y croatas sobre la ley de defensa de su Federación, según declaró ayer en Sarajevo el enviado de Clinton para la estabilización militar de los Balcanes, James Pardew. El representante norteamericano dijo que los dirigentes de la Federación, una de las dos partes de Bosnia, deben resolver sus discrepancias sobre un Ejército común para que comience la ayuda de Washington.En la capital bosnia, el coordinador civil, Carld Bildt, se reunió ayer con los primeros ministros del Gobierno de Sarajevo y de los serbios de Pale para tratar de abrir definitivamente el país al tránsito interior. A pesar de la presencia de la OTAN, los radicales serbios han ocasionado en los últimos días incidentes en los que han muerto dos musulmanes que intentaban pasar a territorio serbobosnio, teóricamente abierto tras los acuerdos de paz.

La libertad de movimientos y el rearme del Ejército bosnio son, junto con las elecciones previstas para septiembre, temas cruciales para la supervivencia del Estado perfilado en Dayton. Bosnia, dividida en una entidad musulmano-croata y otra serbia, es por el momento un país estanco entre sus diferentes feudos étnicos.

"La ley de defensa es una prueba de fuego sobre la voluntad política de apoyar la Federación, y es necesaria para el comienzo del programa de equipamiento y entrenamiento militar", dijo Pardew en Sarajevo. La Federación de musulmanes y croatas cubre el 51% de Bosnia-Herzegovina y, aunque aliados teóricos, cada bando tiene sus propias Fuerzas Armadas. El requisito básico para que Washington emplee 65.000 millones de pesetas en armas e instructores para equilibrar la superioridad militar serbia es que Sarajevo y Zagreb decidan crear en Bosnia un Ejército común, profesional y no contaminado confesionalmente.

Aunque serbios y musulmanes han sido los enemigos principales en una guerra de casi cuatro años, los católicos croatas y los musulmanes protagonizaron en 1993 y 1994 algunos de los enfrentamientos más despiadados. Todavía la ciudad de Mostar permanece como el bastión de profunda animadversión entre las dos comunidades.

El progreso de la pacificación está estancado por la estrategia serbia de bloquear los desplazamientos en su territorio, una línea administrativa convertida en frontera por los radicales leales a Radovan Karadzic y el general Ratko MIadic, encausados como criminales de guerra. Carl Bildt, máxima autoridad civil internacional en Bosnia, exigió ayer a Momcilo Krajisnik, valido de Karadzic, una investigación inmediata sobre los enfrentamientos iniciados por los serbios que causaron el lunes la muerte por armas de fuego a dos musulmanes en Doboj. lfor acusó ayer a los serbios de estas muertes. "Se está desarrollando una batalla sobre la situación y el futuro de la libertad de movimientos", dijo ayer en Sarajevo un portavoz de la fuerza multinacional de paz.

Por otra parte, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, que se halla de visita oficial en Albania, reconoció ayer que la situación en Kosovo, provincia serbia de mayoría albanesa preocupa a la Alianza.

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