Lista la flotilla para explorar el viento solar
Cuatro satélites estudiarán en tres dimensiones el plasma y el magnetismo en las cercanías de la Tierra
La misión espacial Cluster (racimo, enjambre, conglomerado en inglés) es la primera en muchos aspectos. Sus cuatro satélites tienen el honor y también corren el riesgo de ser la primera carga del nuevo supercohete europeo Ariane 5 que será lanzado a finales de mes. Es la primera vez que se hacen cuatro satélites idénticos, la primera vez que se va a hacer un mapa tridimensional de lo que pasa en las cercanías de la Tierra cuando la azota el viento solar. Y así más primicias, como que es una de las misiones más complicadas de la historia de la exploración espacial en cuanto a su control desde Tierra ya que los satélites deben volar en grupo (formando un tetraedro) a distancias que variarán con el tiempo a lo largo de la misión.La complicación empieza desde el lanzamiento, porque los satélites deben colocarse en órbita polar elíptica (alrededor de la Tierra' por los polos) pero el Ariane 5 los colocará en la órbita clásica' de transferencia a órbita geostacionaria (alrededor del Ecuador). Ésta es una órbita fuertemente excéntrica y elíptica sobre el Ecuador. Su director reconoce que es el precio que debe pagar la misión por ser lanzada en el vuelo de calificación del Ariane 5, que puede tirar a polar pero no lo hará porque lo que interesa ahora mismo es verificar su buen funcionamiento en lo que será su mayor negocio , la puesta. en órbita geostacionaria de grandes satélites de comunicaciones.
A cambio, como todo es de la Agencia Europea del Espacio (ESA), tanto el lanzador como los satélites (en los que participa también la NASA), el lanzamiento no está sometido a tarifas de mercado. Sin embargo, también el retraso de un año sobre la fecha prevista ha supuesto un enorme gasto para la agencia, cifrado por el director del proyecto en 3 millones de ecus mensuales.
Los cuatro satélites llevan casi un año en el Centro Espacial Guyanés, junto a Kourou (Guyana Francesa), en una sala blanca adjunta al gigantesco hangar donde se hace el montaje final del cohete. Estos días ya están preparados para su lanzamiento, en dos grupos de dos que irán superpuestos en lo alto del Arlane 5. El montaje sobre el cohete se realizará en los próximos días.
Escudo
El Sol es la fuente de energía que permite la vida en la Tierra pero esta vida sería imposible sin los escudos protectores del planeta. El que le protege del viento solar (formado por partículas electrificadas y magnetizadas emitidas por la corona solar) es el campo magnético terrestre. Cuando el viento solar choca contra este escudo deforma el dipolo magnético de la Tierra, haciendo que por donde le da el Sol quede reducido a una pequeña burbuja (pequeña a escala planetaria) mientras que por el otro lado se extiende como la cola de un cometa.La frontera entre el viento solar y el campo magnético terrestre, que se oponen uno a otro, es la magnetopausa, que delimita la llamada magnetosfera alrededor de la Tierra. Pero la zona de choque es escenario de procesos muy complejos de interacción entre el viento solar y la magnetosfera, una de cuyas consecuencias es el fenómeno de las auroras polares, cuando se cuelan partículas de viento solar por el escudo magnético y siguen las líneas magnéticas hasta los polos, y otra los trastornos en las comunicaciones causados por cambios en la ionosfera producidos por la actividad solar.
En todo caso se trata de estudiar los calientes gases ionizados, el plasma, que es el estado de la materia que más se da en el Universo y del que menos se conoce. Es el mismo estado que se intenta dominar en la Tierra para conseguir energía en los reactores de fusión. "Los acontecimientos turbulentos en las cercanías de la Tierra revelan muchos comportamientos diferentes del plasma, incluyendo grandes reajustes del campo magnético", ha señalado Alain Roux, que participó en la coordinación de los experimentos en Cluster. "Como las partículas eléctricas casi nunca colisionan, la turbulencia debe ser debida á las ondas eléctricas y magnéticas que sólo comprendemos vagamente. Cuando Cluster las caracterice claramente en este laboratorio que proporciona la naturaleza, será una contribución importante a la física del plasma".
Cuando estén en posición, los satélites podrán discernir por primera vez entre las variaciones temporales y espaciales de la compleja zona donde se produce la interacción entre el viento solar y la magnetosfera. En formación tetraédrica, rotarán alrededor de los polos terrestres en una órbita muy excéntrica que les permitirá explorar todas las regiones de la magnetosfera a medida que ésta cambia relativamente al orbitar la Tierra alrededor del Sol. Pasarán por la onda de choque, las regiones polares, la magnetopausa y también por las regiones de plasma de la cola magnetosférica, en el lado opuesto al Sol.
Según lo que tengan que estudiar en cada momento, a lo largo de los dos años que durará la misión, los satélites deberán mantenerse más o menos espaciados, desde una distancia de sólo unos centenares de kilómetros cuando estén frente al Sol a más 18.000 kilómetros cuando exploren la cola, para adaptarse al tamaño de los fenómenos que investigan.
Cada satélite, circular, de 2,9 metros de diámetro, va equipado con 11 instrumentos que miden campos eléctricos y magnéticos, plasma y partículas. En su construcción han participado empresas españolas. Dado que hay que realizar varias maniobras para pasar los satélites a su órbita definitiva, el combustible representa más de la mitad (650 kilogramos) de los 1.200 kilogramos que pesa cada uno. Además, luego tendrán que ser movidos de sitio cada seis meses.
Cuando empiecen a mandar datos, una red de estaciones estará preparada para recibirlos. Serán estaciones europeas, estadounidenes y también rusas y chinas. Todo el mundo está interesado en lo que puedan contar sus instrumentos sobre esa compleja región donde empieza de verdad el espacio exterior para los terrestres.
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