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EL PACTO PP-CIU

Aznar tranquiliza a sus presidentes regionales con la promesa de compensaciones económicas

Javier Casqueiro

Los presidentes autonómicos del PP consideran que los "hechos diferenciales" de Cataluña y del País Vasco son importantes, pero no desdeñan el "factor territorial" de Aragón y Castilla y León, "el poblacional" de Madrid y la Comunidad Valenciana, ni "el turístico" de todo el arco mediterráneo. Estos barones se han convertido, aparentemente sin fisuras, en defensores acérrimos del sistema de corresponsabilidad fiscal pactado con CiU. No lo critican, pero recelan. Aznar ha aplacado sus "reservas" con promesas de otras compensaciones en el Consejo de Política Fiscal.

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El actual modelo de "participación" de las autonomías en el 15% del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF), impulsado en 1993 por el PSOE y CiU, no convence a los presidentes del PP "porque se ha demostrado malo".El nuevo, acordado entre el PP y CiU para dividir ese impuesto en un tramo estatal del 70% y otro autonómico del 30%, les parece mucho mejor, porque habla de "cesión" y les permitirá "capacidad normativa para aumentar o disminuir en cada región ese cupo de presión fiscal a la carta". Siempre dentro del ámbito constitucional y respetando los diversos sistemas de compensación y solidaridad.

Los presidentes autonómicos del PP han permanecido disciplinadamente callados, pero en alerta, durante las negociaciones con los nacionalistas catalanes. Los más inquietos han insinuado su opinión con significativos movimientos y reveladoras declaraciones. Otros, con los que Aznar ha conversado telefónicamente, le han indicado claramente sus temores. Aznar estaba muy preocupado por sus reacciones. Ayer, todos ellos expresaron su "tranquilidad", antes o después de escuchar en la comisión permanente del partido la explicación de Rodrigo Rato sobre el contenido real del pacto.

Algunos llegaron a ser tan optimistas como para calificar el acuerdo del PP y CiU como "lo más importante que ha ocurrido a las comunidades autónomas desde la aprobación de los estatutos de autonomía", como aseguró el madrileño Alberto Ruiz-Gallardón. Juan José Barrero, presidente del Senado y del PP extremeño, dijo que "todas las comunidades van a estar mejor que ahora".

Aznar ya había tranquilizado a sus presidentes autonómicos más recelosos prometiéndoles que no habrá discriminaciones y asegurándoles otras compensaciones económicas. Con esa finalidad se repartirán en el futuro las millonarias inversiones del Estado, se distribuirán las participaciones en los fondos de cohesión de la UE o se apoyarán proyectos con cargo a los fondos europeos de ayuda al desarrollo regional (Feder).

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Algunos presidentes autonómicos admiten, en privado, que por esas vías se puede conseguir muchísimo más dinero que con un aumento porcentual en la gestión del IRPF.

Ante el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se discutirán estos aspectos, los presidentes del PP se han aliado en tomo a dos polos de desarrollo: el denominado arco mediterráneo [Baleares, Comunidad Valenciana y Murcia, del PP, además de Andalucía y Cataluña] y el eje atlántico.

El presidente de Castilla y León, Juan José Lucas, aprovechó el pasado martes la festividad de su Comunidad para proclamar un discurso superautonomista en el que demandó algo más que una mera cesión de un tramo del IRPF. Lucas habló de posibilidades de acción desde las autonomías en impuestos sobre el consumo y en la cesión de la fase minorista del IVA -fundamental en el comercio-, y mencionó incentivos propios para el mecenazgo y las inversiones en patrimonio histórico.

Pero el Gobierno de Lucas persigue otras ofertas Fiscales. Quiere rebajar en el futuro su tramo autonómico del IRPF para promocionar los nacimientos en una región muy despoblada y modificar la ley estatal para obligar a las empresas y contribuyentes a abonar el IRPF allí donde generen sus ingresos. Pretende evitar con ello la fuga de capitales a otras comunidades donde el fraude pueda ser más fácil de ocultar.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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