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LAS VENTAS

Picadores, a la escuela

La belleza de la suerte de varas yace oculta en las brumas del pasado. Si hay algún aficionado que haya visto alguna vez picar de frente y por derecho, ya debe tener sus añitos.Todos los señores con castoreño que picaron la novillada del Puerto de San Lorenzo no lo hicieron mal. Lo hicieron peor. ¿Hay en alguna parte escuelas para picadores? Porque allí deben matricularse los seis que participaron con toda urgencia.

Una amplia muestra de refilonazos, marronazos, puyazos traseros, barreneo y troceo de morrillo fue exhibida para irritación del aficionado y horror del espectador japonés. Todo ello vergonzosamente ejecutado con los jacos atravesados y hasta con el culamen ofrecido a la embestida del novillo.

Puerto / Triana, Moreno, Diego

Novillos de Puerto de San Lorenzo, bien presentados, blandos de remos. 1º manejable; 2º y 4º, mansurrones; 3º y 5º, muy flojos y pastueños; 6º gazapón. Domingo Triana: estocada caída atravesada (palmas); pinchazo y estocada honda tendida (silencio). José Luis Moreno: dos pinchazos, pinchazo hondo -aviso- y estocada tendida (silencio); tres pinchazos, pinchazo hondo -aviso-, pinchazo y estocada honda (aplausos y también protestas al saludar). Juan Diego: estocada corta, insistente rueda de peones y dos descabellos (silencio); dos pinchazos, estocada contraria ladeada, media y el toro se echa (silencio).Los peones El Chano, José Luis de los Reyes y Juan de los Reyes saludaron por sus pares de banderillas. Plaza de Las Ventas. 28 de abril. Menos de media entrada.

Y para más escarnio de la cosa, hubo picador que se rió a carcajadas después de la ejecución del correspondiente numerito.

Hombres de plata

En contraste con el desastre de los montados, tres hombres de plata se lucieron con los reiletes. Los tres sin excepción se plantaron frente a sus enemigos, cuadraron en la cara de las reses, alzaron los brazos y dejaron los colores de los palitroques firmes sobre el morrillo.Los tres novilleros anduvieron por allí, indiferentes y rutinarios. Domingo Triana demostró algo de oficio y cabeza en el primero de la tarde y le hizo una embarullada faena al cuarto, que se quedaba corto y cabeceaba.

Por su parte, el diestro José Luis Moreno pasó con muchos enganchones a su primer anta gonista y consiguió una buena tanda de naturales, con temple y desmayo en el quinto.

Y por último, Juan Diego se hartó de dar derechazos, sin ningún atisbo de emoción, a un novillo que salió a la plaza medio inválido. El sexto le molestó mucho y el diestro no pudo hacer nada con él.

Lo más lamentable de todo lo lamentable que ocurrió en el festejo fue la completa frialdad de que hizo gala la terna. Cuando se empieza en este oficio no puede uno salir a jugar al bonito juego de "ahora a la derecha, ahora a la izquierda". Hace falta algo más.

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