La independencia de la justicia ha quedado patente, según los dirigentes socialistas

, La anunciada decisión del juez Eduardo Móner ha venido a añadir una alegría al presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, a la que ya sentía por haber conseguido el 3 de marzo un resultado electoral digno. Los socialistas reconocen que durante meses desearon día a día que Móner tomara esta decisión.

El tiempo político de los socialistas, sin embargo, no coincidió en absoluto con el tiempo judicial, lo que les supuso una permanente alteración de sus planes. Aunque nunca se reconocerá públicamente, González hubiera querido tener esto resuelto antes de decidir si se presentaba o no a las, elecciones. Pero su compromiso de convocarlas para la primavera le hizo arrostrar las consecuencias.

Este desfase entre tiempo político y tiempo judicial le hizo ayer decir al portavoz del grupo socialista, Joaquín Almunia, que la independencia de la justicia ha quedado patente. "La justicia, cuando es auténtica justicia, actúa sin tener en cuenta ningún condicionante, y el Supremo y en concreto el instructor Móner toman decisiones conforme a la ley y no teniendo en cuenta el calendario político".

Cuando el instructor decidió pedir el suplicatorio para José Barrionuevo, el disgusto en las filas del PSOE fue doble. Primero, por el hecho en sí mismo, y después, porque buscaban y no encontraban una línea de exoneración hacia González, Serra y Benegas.

Fuentes socialistas reconocen que el líder del PSOE esperaba hacer pública su decisiónde no presentarse justo cuando el Supremo dijera que no había motivo alguno para relacionarle con los GAL. No fue así y el calvario seguía desde que, en julio de 1995, Ricardo García Damborenea relacionara a estos dirigentes socialistas con los GAL. Su declaración obligó a González a protagonizar un debate monográfico en el Congreso para afirmar con vehemencia que jamás había hablado con el ex dirigente socialista vizcaíno de "actividades ¡legales".

Suplicatorio de Barrionuevo

En otoño llegó la petición de suplicatorio para Barrionuevo y la oposición se olvidaba casi del ex ministro y apuntaba hacia González. Así hasta la convocatoria de las elecciones del 3-M. Justo la noche electoral, algunos socialistas cayeron en la cuenta de que toda la presión por el GAL reaparecería de manera inmediata, devolviéndoles a la etapa más terrible que recuerdan haber vivido desde la transición.En la sede federal del PSOE se acogió ayer la noticia con satisfacción contenida y con prudencia. El secretario de relaciones políticas, Txiki Benegas, no quiso hacer declaraciones hasta no conocer el contenido de la resolución. "Sería una gran satisfacción si fuera así", dijo un moderado Benegas, que tan sólo hace seis meses reconocía que figurar en el Supremo presuntamente vinculado con la trama de los GAL era lo peor que le había sucedido en su vida.

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, explicó que la anunciada decisión de Móner le había producido satisfacción, pero que no le ha sorprendido: "A pesar de la declaraciones que algunos hicieron, yo estaba seguro de su hombría de bien y de su inocencia".

El diputado de Convergéncia i Unió Josep López de Lerma dijo que "el país debe estar satisfecho" de que la actuación del presidente fuera correcta en el caso GAL.

La voz discrepante la puso el coordinador de la Presidencia Federal de IU, Mariano Santiso, quien ha pedido a Móner que llame a declarar en calidad de testigos a González, Serra y Benegas.