Del dicho al hecho

, A pocos les ha parecido bien su marcha. Pero en las últimas semanas pocos se han resistido a darle un empujón. Luis Carlos Rejón tenía cantada su salida desde el 3 de marzo. Sólo el apoyo de Anguita y sus cercanos ha impedido que esta decisión se haya tomado antes. Ayer Anguita, en un escueto comunicado, manifestaba su "grave preocupación" por la crisis desatada por la dimisión de Luis Carlos Rejón.

Pero dentro de la coalición pocas veces lo que se decía públicamente tenía que ver con lo que íntimamente se sentía. La mayoría de los dirigentes ha criticado a Rejón por haber tomado una decisión que, al menos algunos, le habían exigido que tomara.

Y de todos los sectores. Antonio Romero rechazaba que la causa fuera la petición de Málaga de adelantar la asamblea, y el coordinador de esta provincia, Rafael Rodríguez, calificaba de "inoportuna" la dimisión. Para Juan Manuel Sánchez Gordillo, se trataba de "un error".

Incluso quienes habían pedido públicamente su marcha, como Jerónimo Andreu o Herminio Trigo (ambos de Nueva Izquierda), moderaban ayer su lenguaje y expresaban su convencimiento de que no parecía el momento de presentarla y de que, en cualquier caso, se trataba de un "cierre en falso de la crisis".

Más consecuente, Diego López Garrido, prefería hablar de "dimisión no sólo lógica, sino necesaria". Y deseaba que también a nivel federal se produjeran cambios.

El Pasoc andaluz, a través de Andrés Cuevas, calificaba de "hipócritas" algunas declaraciones y denunciaba la existencia de "maniobras políticas poco claras en IU".