LA HERENCIA DEL MORO
Mohamed Hasan Mustafá fue uno de aquellos moros que vinieron a hacer la guerra con Franco. El final de la contienda le sorprendió reponiéndose en un hospital militar de La Coruña, y decidió quedarse. Durante casi 50 años fue vendedor ambulante de lotería; personaje característico que nunca llegó a dominar ni el castellano ni el gallego, y frecuente protagonista de reportajes de lotería navideña. En el sector de loteros se le recuerda como un exigente distribuidor que sólo aceptaba "números bonitos", y a veces, con los décimos, pedía "algo para un bocadillo". Solía frecuentar La Cocina Económica, una institución de caridad. Ahora, diez años después de su muerte, conocidos y benefactores han descubierto que esa vida más que austera le proporcionó unos ahorros de 37.360.353 pesetas, que, al no haber testado, fueron repartidos entre instituciones benéficas por la Junta Distribuidora de Herencias del Estado. No todos: al avispado y anónimo ciudadano que no se fió de la aparente pobreza de Mohamed y denunció en Hacienda la existencia de bienes sin herederos le ha correspondido el 10% del total que establece la ley, casi cuatro millones.-
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