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Tiroteos y pillaje en Monrovia mientras EE UU intensifica la evacuación de extranjeros

La guerra civil volvió a poner en marcha sus mandíbulas en Liberia. Intensísimos tiroteos de cohetes, granadas de mano y de mortero alcanzaron ayer el santuario internacional de Mamba Point, el barrio diplomático deMonrovia, la capital de Liberia, donde más e 15.000 personas se hacinan en busca del amparo de la Embajada de EE UU. El pillaje era generalizado en la capital de un país arrasado y la actividad de los morteros se redoblaba ante cada aterrizaje y despegue de los helicópteros estadounidenses que evacuaban a los extranjeros hacia Sierra Leona.

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"Cada vez que llega un helicóptero, una lluvia de proyectiles cae sobre el eje de la embajada", declaró uno de los extranjeros que intentan salir de una ciudad abandonada a su suerte. Un helicóptero tuvo que volver a Freetown, la capital de Sierra Leona, sin su carga de fugitivos del caos a causa de los proyectiles que estuvieron a punto de hacerlo añicos. "Nos han dicho que las operaciones de evacuación se retrasarán hasta que los marines puedan silenciar el origen de los disparos", se. lamentó otro residente.La tregua lograda por la fuerza de interposición africana y la ONU se reveló tan frágil como muchos, temían y saltó por los aires cuando hacía horas que EE UU había decidido intensificar su Operación Respuesta Asegurada, como el. Pentágono ha denominado a la misión de evacuación, de civiles de Liberia, que alcanzó ayer el nivel de una huida masiva. No era para menos.

El terror rozaba ya las. vallas de las instalaciones diplomáticas de EE UU, que, sin embargo, sigue decidido a mantener. abierta su legación en esta república fundada en 1847 por sociedades filantrópicas norteamericanas de esclavos libertos. Un total de 14 aviones y helicópteros de EE UU, así como al menos, medio millar de soldados norteamericanos, toman parte en la operación para sacar de Monrovia a unas 700 personas, principalmente de países occidentales.

El pillaje que ayer llegó a Mamba Point parecía -según aterrorizados testigos presenciales- obra de combatientes de las dos principales facciones que pretenden hacerse con todo el poder en Liberia: guerrilleros mandinga de Alhaji Kromah o, con mayor probabilidad, de Charles Taylor, el señor de la guerra y líder del Frente Patriótico de Liberia. Precisamente fue el intento de la policía de Taylor de detener el sábado al general Roosevelt Johnson lo que desencandenó la más encarniza fase de combates en Monrovia de los últimos tres años.

Fuentes de la ECOMOG, la fuerza de interposición interafricana, nutrida sobre todo de tropas nigerianas, anunciaron ayer la disposición de Johnson a entregarse y a liberar a los centenares de rehenes que utiliza como escudo. Pero el desmentido del propio general rebelde y de sus fieles de la etnia krahn no se hizo esperar. El plato podrido de la guerra civil ha vuelto a la mesa liberiana cuando el acuerdo alcanzado el verano pasado entre las siete facciones combatientes abría un tortuoso camino hacia las elecciones y la paz.

Tercera evacuación

La tercera evacuación desde 1989 organizada por Estados Unidos forma parte de la fatal noria de muerte en la que gira Liberia. Un matrimonio tejano que cumplía su tercer exilio forzado confesó al llegar a Freetown que no habrá un cuarto. La guerra civil ha dejado un saldo brutal de 150.000 muertos, más de 700.000 refugiados, un millón de desplazados dentro de las fronteras, otro millón de liberianos sin hogar y una sociedad civil completamente aniquilada. Todos los fantasmas cabalgan de nuevo. Jovencísimos guerrilleros saquearon ayer las pocas tiendas que quedaban intactas y las instalaciones de Médicos sin Fronteras y de Acción Internacional contra el Hambre.

Un portavoz del Pentágono informó de que, hasta últimas horas de la tarde de ayer, habían ya sido trasladadas hasta Freetown 273 residentes extranjeros, 61 de ellos estadounidenses. Sin embargo, a las dificultades crecientes con que se encuentran los helicópteros hay que añadir que un "número importante" de ciudadanos estadounidenses que se encuentran en los alrededores de Monrovia no pueden llegar al complejo diplomático a causa de los combates.

Escala en la base de Morón

Aproximadamente la mitad de los recogidos ayer eran norteamericanos; el resto, de Irlanda, Reino Unido, Francia, Canadá, Australia y España. Desde Sierra Leona, un país que intenta a duras penas salir de una guerra civil tan devastadora como la sufrida por Liberia, los extranjeros son trasladados a Dakar, capital de Senegal. El Gobierno español concedió permiso ayer al de Estados Unidos para utilizar las instalaciones de las bases aéreas de Morón y Rota para apoyar la evacuación de Liberia.

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