El Comité Veterinario de la UE estudia hoy si se suaviza el embargo que pesa sobre las vacas británicas

El Comité Veterinario Permanente de la Unión Europea se reunirá hoy en Bruselas para estudiar una eventual suavización de las medidas acordadas el pasado 21 de marzo que impiden totalmente la exportación de carne británica y de sus derivados, según anunció un portavoz de la Comisión Europea. La suavización no afectaría a la carne, pero sí a parte de sus derivados. En concreto, los veterinarios decididirán si recomiendan a la Comisión que el embargo no afecte a las gelatinas utilizadas para la fabricación de productos médicos, cosméticos y farmacéuticos.El dictamen previo del Comité Veterinario Permanente -formado por represententantes de los Estados miembros- se toma por mayoría y es necesario para que Bruselas acuerde suavizar las medidas tomadas contra el Reino Unido. La Comisión basó su decisión del 27 de marzo en el dictamen elevado por los veterinarios el día anterior, en el que recomendaron la prohibición total y mundial de las exportaciones de bovinos británicos vivos, de carne de bovino y de productos derivados, tanto para el consumo alimenticio humano como para su uso médico, cosmétio y farmacéutico.

El Reino Unido quiere aclarar un malentendido surgido con la traducción de los acuerdos en el Diario Oficial de las Comunidades del 28 de marzo, que no tiene exactamente el mismo significado en francés y en inglés. La versión inglesa alude a los productos bovinos usados en productos médicos, mientras que el texto francés habla de productos médicos que contienen materiales bovinos.

Más consistente será la apelación del Reino Unido a las recomendaciones realizadas estos días por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en tomo a la crisis de las vacas locas. La OMS estima que le leche, los productos lácteos y la gelatina no presentan ningún riesgo para la salud humana ni siquiera cuando estos productos proceden de países en los que se ha probado la existencia de casos de encefalopatía espongiforme bovina. La OMS señala que las partes del animal que en ningún caso deben ser consumidas o utilizadas en la cadena alimenticia son el cerebro, la médula espinal y la retina.