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Una cuestión de dinero

Casar las pretensiones de Jordi Pujol con las de Manuel Fraga en materia de financiación autonómica o, lo que es lo mismo, compaginar profundización autonómica con solidaridad es una cuestión de dinero. Cuando el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) -el organismo que reúne al Ministerio de Economía y Hacienda y a los representantes de las 17 comunidades autónomas- decidió en octubre de 1993 la cesión del 15% del IRPF a las comunidades, tras el pacto político entre Felipe González y Jordi Pujol, encargó un Libro Blanco de la Financiación a un grupo de expertos que encabezó José Víctor Sevilla para estudiar los efectos de la fórmula elegida provisionalmente.Fue precisamente José Antonio Orza, el consejero de Hacienda de Manuel Fraga, quien propuso el nombre de José Víctor Sevilla, el padre de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas), quien se acompañó de un grupo de expertos de distintas nacionalidades y regiones de España. Orza, siguiendo las indicaciones de Fraga, se había opuesto a la cesión del 15% del IRPF en el Consejo y poco después interpuso, en nombre de la Xunta gallega, un recurso ante el Tribunal Constitucional. También se opuso a dicha cesión el socialista Manuel Amigo, en nombre de. la Junta de Extremadura.

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Conclusiones

Un año después del encargo, en noviembre de 1994, los expertos concluyeron que la corresponsabilización de las comunidades autónomas en la gestión de los impuestos era necesaria, pero denostaron la fórmula concreta de la cesión del 15% del IRPF por no disponer de un mecanismo adecuado de nivelación de servicios.

El PP, en el apartado de su programa electoral dedicado a la financiación autonómica, invoca el Libro Blanco como fórmula a seguir. El núcleo central del libro de los expertos señalaba que los impuestos autonómicos normalizados y otros medios financieros "deben permitir financiar prácticamente la totalidad de los gastos en el caso de las Haciendas autonómicas con mayor capacidad fiscal; en cambio, las haciendas con menor capacidad verán completados sus recursos propios con las transferencias de nivelación de la Hacienda central".

Las conclusiones del Libro Blanco tuvieron una acogida desigual en el Ministerio de Economía y Hacienda, que ya pilotaba Pedro Solbes. Su valoración fue que, desde un punto de vista teórico, las conclusiones resultaban interesantes, pero casar una mayor autonomía financiera con compensaciones de la Administración central por razones de solidaridad territorial resultaba muy caro. Al próximo Gobierno del PP le toca lidiar ese toro. Los expertos creen que las fórmulas de profundización autonómica propuestas por el Libro Blanco necesitarán de varios plazos para que puedan ser asumidas financieramente por la Administración central, que probablemente pilotará José María Aznar en las próximas semanas.

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