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10 años para un pirómano forestal, la pena más alta dictada hasta ahora

La Audiencia de Valencia dictó ayer la mayor condena impuesta en España al autor de un incendio forestal: 10 años y un día de prisión y 25 millones de multa. La sentencia atribuye a Juan José Cosín, de 39 años, la autoría del fuego que arrasó 5.300 hectáreas de pinos maderables y pimpollos en varias poblaciones del interior de Valencia en mayo de 1994. Los vecinos del municipio de Chulilla fueron desalojados preventivamente ante el avance de las llamas, que tardaron dos semanas en ser extinguidas.

El fuego se inició el 26 de mayo y destruyó el arbolado de Calles, Domeño, Loriguilla, Sot de Chera y Chulilla. Los 69 clientes del Balneario de Chulilla fueron desalojados el 2 de junio, cuando el fuego adquirió nueva fuerza tras un primer control conseguido en la madrugada de ese día 38 niños y ancianos también fueron trasladados. Al día siguiente todos los vecinos salieron de Chulilla preventivamente. Hasta el 10 de junio no se dio por extinguido el incendio.La extensión del fuego y la calidad ecológica de la zona destruida han llevado al tribunal a a gravar la pena. Según la sentencia, cabe aplicar el tipo agravado del número primero del artículo 553, bis b, que permite el grado máximo de la prisión menor si el incendio afecta ,la una superficie de considerable importancia". En Asturias, en 1992, fue condenado un pirómano a ocho años, lo que era hasta ahora la pena más elevada.

Juan José Cosín utilizó una furgoneta de color rojo para dirigirse a una partida forestal colindante entre los términos de Calles y Domeño, a pocos kilómetros de su pueblo, Chelva. Roció la zona con un líquido inflamable y acercó su encendedor.

Para los magistrados, las pruebas de cargo son numerosas: nadie vio a Cosín antes del incendio (no dispone de coartada), tres testigos divisaron una furgoneta roja en la zona en aquel momento (el conductor de un camión cisterna entre ellos) y en el momento de la detención (a últimas de la tarde) se le incautaron dos latas y un encendedor en la furgoneta.

La Guardia Civil ya seguía la pista de una furgoneta roja desde incendios anteriores, pero el abogado defensor señaló en el juicio que existen al menos seis vehículos similares en los pueblos de esa zona. El defensor anunció ayer que recurrirá la sentencia.

El defensor recordó que Cosín había tenido problemas con la Guardia Civil por su activa participación en un movimiento ciudadano contrario a la instalación de un almacén de pararrayos radiactivos en la zona. Los magistrados señalan la "evidente contradicción" entre esa actitud ecologista y "el hecho enjuiciado".

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