¿Es Guadalix de la Sierra el Pueblo mas feo de la OTAN?
Los habitantes del pueblo de Guadalix de la Sierra, camino de Guadarrama, en la provincia de Madrid, donde Luis G. Berlanga rodó en 1952 su película emblemática Bienvenido Mr. Marshall, se han sentido ofendidos porque Andrés Campos, en su reportaje sobre el cerro de San Pedro, aparecido en la sección de Madrid el pasado día 22, les ha dicho que es "uno de los pueblos más feos de la OTAN". El autor calificaba al pueblo de "suburbio de Los Ángeles". Y concluía: "Guadalix es hoy un museo de arquitontura, un catálogo de chalés piloto y técnicas de masturbanización". Y se declaraba "afligido por el destino de lo que pudo ser una coqueta villa".Capitaneados por su alcalde, los habitantes de Guadalix, muchos de ellos lectores de EL PAÍS, han acudido al Defensor del Lector quejándose de lo que ellos, consideran un "atropello" que ha dañado la imagen del pueblo. "Esta Corporación", escribe el alcalde, "acepta todas las críticas, denuncias y artículos de opinión o reportajes que afecten a esta villa, pero no el insulto gratuito y el periodismo amarillo, que caracterizan a otros periódicos, pero que no son habituales en EL PAÍS y contradicen su Libro de estilo".
Andrés Campos, autor del artículo que ha enfurecido a las autoridades de Guadalix, interpelado por el Defensor del Lector, confiesa: "No les falta razón al haberse encolerizado. Es como si un vecino de Guadalix visitará mi casa de Madrid y al día siguiente fuera pregonando por media sierra que no paso la aspiradora bajo la chaise-longue o que he convertido la pared del salón en una exposición permanente de Philip Stanton, en vez ¿le alegrarla con mantones de Manila y otros. motivos autóctonos. Además, ¿con qué vara, puede medirse la fealdad de un lugar? El hecho de que me haya pateado durante casi tres años las doscientos y pico (214, creo) poblaciones de la Comunidad de Madrid no me autoriza a dictaminar sobre el particular; antes al contrario, _ hecontemplado tal cantidad de disparates urbanísticos, de chalés adosados en medio de bosques seculares, de plazas castellanas degradadas a aparcamientos y de arroyos serranos pletóricos de escombros, que seguramente hilé muy fino al adjudicar el título de pueblo más feo de la OTAN a Guadalix de la Sierra, cuando ahora mismo se me ocurren otros veinte o treinta que merecerían recibir ese galardón ex aequo, pero que me voya callar para no dar más trabajo al Defensor del Lector.De modo que fui injusto, abusé de la hipérbole y me inventé dos palabrejas (arquitontura y masturbanización) que, la verdad, no se merece ningún lector sensible, como sin duda los hay en Guadalix de la Sierra".
Y concluye Andrés Campos: "Una sola cosa me consuela al cabo de este desafuero mío, y es comprobar que los alcaldes y concejales de los municipios serranos no han perdido el orgullo de habitar al pie de las montañas más hermosas del mundo (y no es hipérbole) y que, una vez zanjada esta mínima polémica, podrán dedicar todas sus energías a conservarlas tal y cual se las legaron sus antepasados, o mejor. Pueblos como Patones, que gracias a la ayuda de la Comunidad autónoma se libró del abandono, reconstruyendo casas con mimo y pizarra, y que hoy cuenta hasta con un hotelito con encanto, deberían proliferar más. Contrariamente, la última oportunidad de Guadarrama pasará de largo como hizo míster Marshall por Guadalix de la Sierra".
Que este diario no tiene nin,gún prejuicio contra la villa de Guadalix de la Sierra lo revela el hecho de que hace sólo unas semanas otro colaborador del periódico, Moncho Alpuente, había escrito otro artículo sobre Guadalix más bien en clave positiva. Aunque Moncho coincidía también con Ándrés Campos en los peligros que acechan a esos pueblos de la sierra ante el acoso inmobiliario con estas palabras: "El caos arquitectónico se impone en las calles del pueblo de Guadalix en una mezcla impersonal que ha ido asfixiando a las antiguas casas de labranza, muchas de ellas modificadas por sus propietarios, que cargaron contra la estética en pro de la funcionalidad"
Son críticas que el alcalde acepta con tal de que no se les catalogue como el pueblo más feo de la OTAN, juicio del que Andrés Campos se arrepiente públicamente y sin tapujos.Aristócratas en la plazuelaLa columna en la que se discutió el término pírrico aplicado a la victoria del Partido Popular (PP) ha provocado muchas cartas y llamadas de lectores que querían seguir opinando sobre el tema. Como carta emblemática, con sentido de humor y escrita con elegancia literaria, he escogido la de Eduardo Cierco, de Pozuelo de Alarcón (Madrid), que escribe: "Creo que tanto una como otra opinión tienen parte de acierto: entre otras cosas porque un error absoluto es algo absurdo e incomprensible. Pero unos y otros olvidan que la lengua, como la vida, es una realidad cambiante y que el Diccionario de la Academia, en contra de su lema 'fija', no pretende aquietarla con alfileres de entomólogo, sino seguir su curso lleno de meandros".
"Hígado proviene del latín higo (ficatum). El jecur ficatum -hígado con higos- era un plato popular en el Mare Nóstrum. Una vida de siglos produjo la trasposición del significado. ¿Vamos a decir ahorajecur en vez de hígado? Sigamos la naturaleza, como quería Goethe, y si la calle toma pírrico por mínimo, sin duda debido a que lo de pírrico, independientemente del rey Pirro, resulta más gráfico, más expresivo, seamos aristócratas en la plazuela".
. Algún otro lector con menos finura y más carpetovetónicamente ha zanjado corto: "La del Partido Popular no fue una victoria pírrica,` fue , una clara -'derrota".Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.
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