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Los pacientes del Psiquiátrico de Leganés comparten solar con 'okupas' y un taller ilegal

Los terrenos vallados en los que se encuentran dos de los centros del lnstituto Psiquiátrico de Salud Mental José Germain de Leganés (178.000 habitantes), la residencia y la unidad de hospitalización breve, se han convertido en su parte más alta en coto privado de asentamientos ilegales. Lo que empezó siendo una iniciativa okupa de un grupo de jóvenes se ha transformado en una especie de núcleo de infraviviendas e industrias sumergidas donde prolifera la suciedad. Los trabajadores de mantenimiento han plantado a la dirección del Psiquiátrico y se niegan a limpiar la zona.

Estas dos instalaciones se encuentran ubicadas dentro de una gran parcela de 94.000 metros cuadrados en la avenida de Aragón. La parcela esta vallanada y tanto la residencia como la unidad de agudos están, a su vez, aisladas del resto de la finca, que en su mayor parte no es utilizada con fines sanitarios. En su parte este han proliferado los asentamientos de ocupación y en la zona se acumulan las basuras y proliferan los roedores. Hay ratas muertas en el entorno de un pilón y el pozo del que se abastece el personal de mantenimiento para el riego de las zonas ajardinadas del hospital. Este año los trabajadores también han encontrado un perro ahogado, cuyos restos permanecen todavía semienterrados entre las algas secas del pilón.Hace tres años, un grupo de jóvenes de la localidad pertenecientes al movimiento okupa se instaló en una vivienda abandonada, que en su día fue construida para acoger a personal del viejo manicomio de Santa Isabel. Desde entonces, los asentamientos han ido creciendo, y en estos momentos además de los jóvenes okupas viven allí varias familias que nada tienen que ver con este movimiento y que incluso han instalado un negocio de reparación de tarimas de madera para embalajes. Los trabajadores tienen que ir de dos en dos al pozo, y se defienden con palos para evitar posibles ataques de los canes. Mantienen abierta la barrera de la entrada debido a las amenazas recibidas. Además, la valla de la parcela tiene algunos huecos que permiten el acceso de personas andando. Según aseguran los empleados, los coches "circulan libremente y a gran velocidad sin respetar norma alguna".

El director del Psiquiátrico, Manuel Desviat, asegura que ha intentado poner soluciones a esta situación, "pero es muy difícil" porque existe una sentencia que "prácticamente oficializa el movimiento okupa". La presencia de estas personas, según el director, no afecta ni a los pacientes ni al personal sanitario, que atiende la residencia con 94 camas y la unidad de hospitalización breve, más conocida como Santa Teresa, que tiene 40 camas.

El 30 de marzo de 1993, cuajado los jóvenes okupas en traron en la casa del guarda, los responsables del centro interpusieron la correspondiente de nuncia en comisaría por ocupación ilegal. Hubo un juicio de faltas, cuya sentencia, dictada en enero de 1994 por el Juzgado número 3 de Leganés, señala que "estas personas ocuparon unos inmuebles en estado ruinoso y de ellos no sólo hicieron lugares habitables, sino también un modo pacífico de vida", y fija que sólo se podrá actuar contra ellos si cometieran alguna "acción constitutiva de delito". "Con esta sentencia, encontrar vías para salir de este embrollo no es fácil; no soy la policía y no puedo ir allí a echarles", añade Desviat. A lo largo de estos años, el responsable del Psiquiátrico ha mantenido vanas reuniones con el alcalde, los responsables policiales y los jóvenes okupas que no han impedido, sin embargo, que fuera aumentando la población en la zona. "Tampoco podemos ha cer diferencias entre los jóvenes y otra gente que busca un techo o tina forma de ganarse la vida", concluye Desviat.

De estas conversaciones surgieron algunos compromisos por parte de los jóvenes del movimiento okupa que sí intentan mantener limpia la casa en la que viven. No ocurre lo mismo en el otro bloque de familias.Los trabajadores, en un escrito a la dirección, aseguran que mantendrán su negativa a limpiar el pilón y sus alrededores hasta que se dé una solución a los problemas que denuncian. Manuel Desviat asegura que están estudianto posibles salidas, al conflicto.

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