Los promotores del partido de Nueva Izquierda insisten en buscar la unidad con el PSOE
Sumar. Hay que sumar, y no restar. Difícil operación y loable intención de Nueva Izquierda. Diego López Garrido y Cristina Almeida insistieron ayer en que la transformación en partido de Nueva Izquierda persigue fortalecer la federación ole partidos que es IU, dar el sentido original a lo que fue en su momento Izquierda Unida: la unidad de la izquierda, incluido el PSOE y los sindicatos, como dijo López Garrido. Ayer, la revista Temas para el Debate, presidida por Alfonso Guerra, pedía el entendimiento entre Izquierda Unida y el PSOE para que CiU no sea partido bisagra.
Hay un intento de no hacer sangre. De hacer del futuro Partido Democrático de Nueva Izquierda un partido de unificación, de serenidad y de colaboración. Diego López Garrido insistía ayer en que Nueva Izquierda quiere reforzar a Izquierda Unida. "Potenciar el proyecto alternativo que en su momento supuso la creación de la coalición".Cristina Almeida explicó más y dijo que en su origen Nueva Izquierda fue el intento de aglutinar fuerzas que estaban distribuidas en otras formaciones -"fundamentalmente el PCV'- y que "hoy advierten que su trabajo tiene sentido de una forma organizada, en un partido".Y esa es la clave. Porque lo cierto es que el proyecto que lidera Nueva Izquierda va a suponer que muchos militantes que en la actualidad se integran organizativamente en el PCE habrán de tomar una decisión. Nadie quiere que el nacimiento del Partido Democrático de la Nueva Izquierda termine por cuestionar al mismísimo partido comunista, pero lo cierto -y así lo reconoció uno de sus promotores, Isabel Vilallonga- es que los militantes del PCE que hoy apoyan con el corazón a Nueva Izquierda, tendrán que decidir en qué partido depositan su corazón y u carné.
Nueva Izquierda se constituye en partido por múltiples razones. Y los resultados electorales es una de ellas. No la más importante. Pero los promotores del nuevo partido no pueden compartir que IU mantenga una actitud de rechazo a todo lo que suponga un acercamiento al PSOE.
"Queremos", decía ayer López Garrido, "potenciar una actitud de diálogo con las otras fuerzas de izquierdas, con todas las fuerzas (le izquierdas sociales y políticas, incluidos los sindicatos y el PSOE".Saben que en el PCE su decisión ha creado recelos. Pero Jerónimo Andreu, ex diputado de IU que había mantenido un enfrentamiento verbal con Francisco Frutos, rebajó el tono de sus críticas. "Creo", dijo, "que' en un primer momento pudo haber un rechazo del PCE. Yo confío en que ahora esas declaraciones, producto de la crispación, se transformen en respeto y serenidad".Y mientras, la revista Temas para el Debate, cuyo consejo editorial preside Alfonso Guerra, animaba a IU y al PSOE a buscar líneas de entendimiento que impidieran a Convergència i Unió convertirse en partido bisagra.
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