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Entrevista:

"Los madrileños tienen mucho sentido del humor"

Los círculos concéntricos del cristal de sus gafas le dan ese aspecto de buzo común en todos los miopes. Su cara es, en efecto, reflejo de su alma. Alcorta, escritor y periodista de investigación, disfruta trabajando, impelido por meter la nariz allá donde peor huele. Tiene 47 años y nació en Portugalete, Vizcaya. Ha sido marmitón en un barco americano, expulsado de Japón por presunto inmigrante ilegal y de Amsterdam por indigente. Ha esquivado tiroteos en Yibuti y balaceras en Sicilia, donde, más que investigar, se preparó a conciencia para ser mafiólogo. En 1982 se estableció en Madrid, siendo editor de sí mismo, estudiante de Criminología en la Complutense y vecino del castizo Lavapiés, donde vive a salvo de los ruidos de las grandes avenidas. La Asociación de Críticos y Comentaristas de Arte Norteamericano ha premiado su novela El deshollinador libertino (tragicomedia de un rufián en La Moncloa).Pregunta. ¿Se puede saber qué vieron los estadounidenses en una historia tan localista?

Respuesta. Tengo mentalidad de literato universal, utilizando lo que llamo preciosismo humorístico, una mezcla del esperpento de Valle-Inclán con otras dimensiones cercanas al género negro, la intriga y el suspense. Por eso tampoco necesito estar pegado a la actualidad.

P. ¿Por qué la corrupción es un tema casi manido?

R. Este libro está escrito en el noventa. Entonces ya se conocían datos del Ministerio del Interior relacionados con el tema GAL. El periodismo de investigación, aunque prefiero hablar de literatura, siempre tendrá gancho.

P. ¿No interesa la corrupción local?

R. No, aunque comprendo su importancia. Igual que la delincuencia callejera, prefiero los ladrones inteligentes, cultos y de guante blanco. Un tipo que se droga y dice tonterías puede ser dramático y vistoso, pero no despierta mi interés.

P. Pues en su barrio, Lavapiés, abunda mucho.

R. Mi calle es tranquilísima. Vivo a salvo de los ruidos y del tráfico. automovilístico, lo más agobiante de una gran ciudad. Las sesiones de natación en la piscina de La Latina y las visitas a mí hijo que vive en Parla son los únicos momentos oxigenantes.

P. Además de inspiración, ¿qué le brinda Madrid?

R. El urbanita, con todos sus defectos, da mucho de sí. En el campo de la documentación, aquí puedo resolver cualquier duda o consulta por rara que sea. Biblioteca, universidad, hemeroteca. Además, los madrileños tienen mucho sentido del humor, y yo soy un profesional del placer estético.

El deshollinador libertino. Delmo Libros. 1.800 pesetas.

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