Un enemigo bienvenido

SÜDDEUTSCHE ZEITUNG

Pocos días antes de su primer viaje como secretario general de la OTAN a Moscú, Javier Solana escribió un artículo para un periódico ruso en el que exponía por qué seguía siendo necesaria la alianza defensiva incluso "después de concluida la guerra fría": como fuerza de paz. Cuando redactó el texto no podía suponer que la Duma estatal rusa le aportaría otro argumento más en el preciso momento de su visita al Kremlin. Una reedicíón de la URSS, en favor de la cual votó la mayoría comunista y nacionalista, no sólo representaría una amenaza para los actuales integrantes de la OTAN, sino que también haría buscar con más ahínco el ingreso en la OTAN a los Estados centroeuropeos que se han liberado de la esfera de poder de Moscú. Por tanto, a primera vista parecería que de la visita de Solana debería derivarse un acercamiento entre la OTAN y el Kremlin, ( ... ) pues Yeltsin se ha manifestado enérgicamente en contra de un renacimiento de la URSS. En un segundo momento, sin embargo, la situación de partida de la OTAN no se ha modificado de forma decisiva, ya que también el Kremlin desea que las antiguas repúblicas soviéticas vuelvan a la esfera de Moscú. Lo que ocurre es que esto no se denomina teatralmente "renacimiento de la URSS", como la Duma, sino, tecnocrática e inofensivamente, "integración" en la CEI. ( ... ) Sin embargo, hay indicios de que Moscú aspira además a una especie de alianza militar. (...)

20 de marzo