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El resultado conseguido por el PSOE en las elecciones descarta la convocatoria de un congreso extraordinario

Anabel Díez

Las espadas han dejado de estar en alto y se han envainado. Los resultados electorales del PSOE han evitado reproches, ajuste de cuentas y la celebración de un congreso extraordinario tal y como se preveía en el supuesto de que el electorado hubiera mandado a este partido hacia cotas inferiores al 30% y con una representación por debajo de 130 diputados. El liderazgo de Felipe González se ha fortalecido hasta el paroxismo; el secretario de organización, Ciprià Ciscar, cuenta con el reconocimiento de todo el partido, y guerristas y renovadores quieren empezar el camino de la reconciliación.

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Éstas son las intenciones surgidas del 3 de marzo, cuya plasmación está por ver. A muchos de los asistentes a la reunión del comité federal del pasado viernes no se les pasaron por alto las conversaciones que mantuvieron Felipe González y Alfonso Guerra durante las cinco horas que estuvieron juntos en ese acto. Cuando Guerra habló, citó varías veces a Felipe González, al igual que el primero, había hecho al día siguiente de las elecciones, cuando para definir la sensación de su partido utilizó, citándole, una frase de Alft nso Guerra: "Nunca una derrota fue tan dulce y una victoria tan amarga". Estos detalles no son baladíes si se tiene en cuenta que, en los últimos tres años, los dos políticos podían estar horas sentados en el comité federal o en la ejecutiva sin dirigirse la palabra, lo que daba lugar a todo tipo de comentarios.Salvo excepciones donde el conflicto está muy enconado -en estos momentos, sólo Aragón y dos provincias andaluzas están en crisis-, los dirigentes del PSOE de las distintas regiones quieren ya la paz. El renovador Jaime Lissavetzky, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, proclamó ante sus compañeros del comité federal que el fantasma de un congreso extraordinario se había alejado. El congreso se hará en su tiempo; es decir, dentro de casi dos años. El dirigente madrileño dijo que era tiempo de paz y que estas elecciones "han cerrado muchas brechas en este partido, en el que no sobra nadie".

Dirigentes valencianos, vascos, extremeños, catalanes y madrileños llamaron igualmente a la "cohesión", a la unidad "con respeto a la pluralidad", a la "tolerancia", a la "integración". Antonio García Miralles, Francisco Vázquez, Enrique Múgica, Francisco Fuentes, Julián Ariza y José Borrell fueron algunos de los que pronunciaron estos vocablos pacificadores. No hicieron sino decir que ese clima había presidido la campaña electoral y que así debía continuar. Algunos recordaron que no fue así durante la elaboración de las candidaturas, pero que había que olvidar ese episodio.

El dirigente sevillano Luis Yáñez dijo a este periódico que su partido tiene por delante "dos años muy importantes". Esa concreción temporal tiene que ver con la ausencia de elecciones y con el hecho mismo de que han pasado a la oposición. A su juicio, hay tiempo para una renovación de ideas, de postulados y de proyectos.Carta blancaAntes de que esto ocurriera, el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, pidió al comité federal que, dada la fluidez de la situación política, se diera carta blanca al secretario general y a la ejecutiva para que fueran adoptando la estrategia que consideraran oportuna en esta fase de la constitución de unas nuevas Cortes y comienzo de una legislatura. "Por supuesto", dijeron todos.

A partir de ahora, Felipe González tiene muy difícil volver a plantear su sustitución para próximos comicios. En tono de humor, el diputado electo número 10 por Madrid, Antonio García Santesmases, dirigente de la corriente Izquierda Socialista, afirmó que González seguía siendo la solución y el problema, tal y como dijera el secretario general del PSOE en un comité federal anterior al 3-M, en el que pidió a sus compañeros que le sustituyeran como cartel electoral. No tuvo éxito González, a pesar de que les dijo que durante un tiempo fue solución y que ahora creía que era "un problema" para su partido.

Según la tesis de García Santesmases, en González se han dado las dos circunstancias. Ha sido buena parte de la solución, habida cuenta del resultado electoral (141 escaños), y es el problema, desde su punto de vista, porque no va a haber manera de arrebatarle el liderazgo. García Santesmases explicó esta y otras teorías con tal gracia que levantó el aplauso de todos los miembros del comité federal, empezando por el propio González, que reía a carcajadas al tiempo que le aplaudía.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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