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Kohl defiende la fortaleza de la economía alemana y anuncia un recorte del gasto para 1997

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut KohI, salió ayer al paso de las críticas contra la posición en el mundo de la economía alemana, al tiempo que advertía de la necesidad de efectuar recortes en el gasto público de 1997 para evitar que se descontrole el déficit. Al mismo tiempo, advirtió a los agentes sociales de la necesidad de alcanzar acuerdos salariales moderados para poder aplicar el pacto por el empleo. El dirigente de la primera fuerza de oposición, el socialdemócrata Oskar Lafontaine, acusó a Kohl de haber insultado a los trabajadores, al comparar Alemania con un parque de atracciones, y criticó al Gobierno federal por su incapacidad para actuar ante la crisis.

Faltan pocos días para las elecciones del domingo en tres Estados federados, el 20% de la población alemana, y los dirigentes de los dos grandes partidos convocaron ayer sendas conferencias de. prensa con vistas a conseguir en los medios el espacio necesario para intentar lograr el voto de los todavía indecisos. El socialdemócrata Oskar Lafontaine convocó justo al mediodía en la barraca, sede del SPD, y se limitó a leer en menos de 10 minutos una declaración, sin que los periodistas asistentes planteasen ni una sola pregunta. Media hora más tarde, el canciller Kohl (CDU) comparecía ante los medios durante hora y cuarto.Kohl discurseó durante 20 minutos y respondió en el resto del tiempo a 35 preguntas. La idea central del canciller ha sido tratar de insuflar un poco de optimismo al mal ambiente reinante sobre la economía alemana y su pérdida de competitividad. Kohl citó una encuesta de un instituto suizo, en la que los empresarios sitúan a Alemania como el cuatro país del mundo, tras Estados Unidos, Japón y Singapur por su competitividad internacional. Para reforzar su defensa sobre la economía alemana, Kohl adujo varias noticias de los últimos días: en 1995 se logró el mayor superávit en la balanza de pagos alemana desde 1990; varias grandes empresas alemanas como Siemens, Mercedes y BMW, consiguieron brillantes resultados; la inflación se en el 1,5% y los intereses a largo plazo en el 6,5%.

El canciller calificó de "infames" las afirmaciones sobre la reducción en las jubilaciones y aseguró que de ninguna manera se aumentará el IVA en la legislatura actual, porque esa medida sería contraria a los principios de la economía de mercado. No obstante, Kohl reconoció la necesidad de acordar recortes masivos en el presupuesto de 1997, para evitar un incremento del déficit público. Este desequilibrio se situó en 3,6% del producto interior bruto (PIB) en 1995, seis décimas por encima del 3% que exige el Tratado de Maastricht para acceder a la unión monetaria.La reducción del paro es el otro gran reto de la economía alemana. El canciller considera que que 4,3 millones de parados constituyen "el desafío central de nuestra sociedad, son algo inaceptable y plantean una exigencia a la economía, los sindicatos y la política para actuar". Kohl insistió en el objetivo del Gobierno de reducir dos millones de parados hasta final de siglo y aseguró que no se tralla de algo utópico. Como argumento citó el canciller que durante su mandato, entre 1983 y 1992, se habían creado tres millones de puestos de trabajo.El canciller reafirmó su profesión de fe europeísta y repitió su frase tópica: "La unidad alemana y la europea son las dos caras de la misma moneda". También citó lo que calificó de frases testamentarias del fallecido presidente francés François Mitterrand de que la vuelta a los nacionalismos equivale a la guerra. Insistió en que de ninguna manera se puede aceptar la posibilidad de retrasar el calendario previsto en el tratado de Maastricht, porque esto significaría bajar la guardia en la lucha por la estabilidad.Lafontaine aseguró que el Gobierno federal vive sumido en la inactividad y espera las elecciones del próximo domingo para elevar el IVA y bajar las pensiones. Apeló Lafontaine a que el Gobierno presente 48 horas antes de las elecciones sus planes fiscales. Sobre el saneamiento de las rentas dijo: "Yo advierto al canciller contra una nueva mentira fiscal y una estafa con las jubilaciones". Kohl negó, estas dos posibilidades, aunque reconoció que no es posible que los alemanes estudien hasta casi los 30 años, se jubilen a los 60 y vivan hasta los 73, porque así las cuentas no salen.

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