"No veo, de ninguna manera, que China boicotee Atlanta"
Cuatro meses y un día. Podría ser una condena, pero no lo es, aunque el proceso empezó casi como tal y no sólo ha habido problemas en su transcurso, sino que pueden existir incluso amenazas hasta el final¡ Faltan 123 días para que el 19 de julio se inauguren los Juegos Olímpicos de Atlanta. Termina la 25 a Olimpiada, que se inició en Barcelona 92, y empezará la 26 a . El 18 de septiembre de 1990, en Tokio, fue elegida la ciudad norteamericana como sede de los Juegos de 1996 en medio de un gran escándalo. Los Juegos del Centenario no se le concedían a Atenas, primera sede moderna en la restauración de 1896. El olimpismo prefería el poderío económico norteamericano al caos griego y se olvidaba de cualquier asomo de tradición. Pero después del chasco moral no todo ha sido un camino de rosas por la ruta del dólar. Han surgido los eternos inconvenientes de una organización privada que busca la rentabilidad a toda costa y en la recta final incluso planea un boicoteo por parte de China por su conflicto con Taiwan.Pregunta. Hace 12 años, en vísperas de los Juegos de Los Angeles 84, mientras visitaba al entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, se enteraba de que la URSS y los países del Este no participarían. Ha dicho siempre que fue su mayor disgusto. ¿Puede ocurrir ahora lo mismo con China y su presión sobre Taiwan cuando la guerra fría es ya historia?
Respuesta. Yo no creo que pase nada, ni mucho menos. Pero en China los próximos meses serán bastante complicados, porque el año que viene Hong Kong será chino y esta gran victoria diplomática, una lección ante los británicos al recuperar algo que era suyo, no resultará fácil de asimilar en todo el mundo. Quizá debido a todos estos temas que pueden ser conflictivos China no presentó su candidatura a los Juegos del 2004. Pero no veo de ninguna manera que China boicotee los Juegos de Atlanta. Hemos advertido al comité organizador que vaya con cuidado, que avise a los políticos para no utilizar los Juegos y crear más problemas de los que tenemos. Por ejemplo, el que yo veo sería invitar a una gran personalidad de Taiwan. Pero no: creo que, incluso si pasara esto, China dejara de participar. Lo que es evidente es que Taiwan va a hacerlo, porque el COI es la única organización internacional en el mundo, deportiva y no deportiva, que tiene en su seno a China y Taiwan. Y han seguido todas las federaciones internacionales. Los chinos continentales fueron muy generosos al reconocer al Comité Olímpico de Taiwan con el nombre de China Taipei, aunque sea la República de China, y con una bandera y un himno también diferentes a los nacionales. En cualquier caso, a estas alturas todas las personas que tienen responsabilidad de gobierno en los países se han dado cuenta de que el boicoteo es un fracaso, que es castigar solamente a los atletas del propio país. Yo espero ver en Atlanta a los 197 países miembros reconocidos en el COI. Todos han aceptado nuestra invitación.
P. ¿Incluida Corea del Norte?
R. Ha sido el Último, y ahora nos están pidiendo que les ayudemos a clasificarse en muchos de los deportes que ya han cerrado sus competiciones preolímpicas. Pero no hay, solución. El equipo podría haber sido mucho más fuerte de lo que será al final.
P. ¿Qué queda del disgusto de 1990 cuando Atlanta, el dólar, ganó a Atenas, la tradición? ¿Se han confirmado los problemas de una organización peculiar?
R. Lo de Atlanta es algo que sólo se puede producir en Estados Unidos. Es un grupo de particulares que con tina ayuda oficial mínima está organizando unos Juegos Olímpicos y además construyendo una serie de instalaciones que las regalan a la ciudad de Atlanta o a, otras de alrededor. Son unos Juegos que sólo se pueden organizar allí. Nosotros estamos mucho más tranquilos cuando la organización es mixta, privada y pública. La de Barcelona, o la de Sydney, es mucho más comprensible, pero, bueno, también pasó así en 1984 y aquello fue un éxito, con un beneficio tremendo. La Irán diferencia respecto a Los Angeles es que allí prácticamente no construyeron nada y en Atlanta han tenido que hacer incluso el estadio olímpico, con un coste enorme. Y todos estos gastos en instalaciones les privarán de obtener- beneficios. No creo que puedan tenerlos, a pesar de que la venta de entradas hasta ahora es un gran éxito.
P. Es decir, que, como hace 12 años, sólo volverá a funcionarle el panel de televisiones en su despacho el mismo día que comiencen los Juegos, por aquello de ahorro.
R. Siempre hay problemas y nunca estás tranquilo hasta la clausura de los Juegos. Pero los problemas más graves que puede haber en Atlanta, aparte de los políticos, serán los de seguridad. El riesgo crece de forma alarmante cuando tienes a personas que están dispuestas a dar su vida por un ideal o por una religión, pero en un acto de terrorismo. Cuando tienes este terrorismo suicida, por muchas medidas que puedas tomar, el riesgo aumenta enormemente. Israel es el país en el que la seguridad está mejor organizada y han soltado tres bombas en pocos días con más de sesenta muertos. Incluso pasó el año pasado en Estados Unidos, en Oklahoma. Recordamos el riesgo continuamente al comité organizador, porque tenemos la experiencia, y muy triste, de Múnich 72, aunque ya hace casi veinticinco años.
P. Si a pocos meses de los Juegos se hubieran estado poniendo ladrillos en el estadio de Montjuïc, como está pasando en Atlanta, ¿qué se hubiera dicho? A Barcelona la criticó mucho. ¿Por qué tiene bula Estados Unidos?
R. Las obras no están tan retrasadas. Ellos siempre dijeron que se acabarían cuendo se están acabando. Por ejemplo, está fijada la fecha de inauguración del estadio olímpico, el más emblemático, el 18 de mayo, con una gran reunión de atletismo. Y yo estaré presente, porque presidiré ya la última reunión de coordinación entre el movimiento olímpico y el comité organizador. Pero en este aspecto no tenemos preocupación. Las instalaciones van marchando. Hoy mismo me han dicho que han terminado las de tenis y tiro.
P. Pero usted ha confesado haber estado preocupado...
R. Bueno, quizá me preocupé más en Barcelona porque estaba más cerca y porque a veces con las cosas más tuyas eres más crítico, y yo lo fui porque creí que tenía que serlo y, sobre todo, hasta que no vi una implicación total por parte deI Gobierno español. Hoy día, unos Juegos en tu país, si no tienes el apoyo del Gobierno central, es mejor no empezar, por muchísimos motivos. Pero también en un momento dado, un año o un año y medio antes de los Juegos, cambié totalmente de política, cuando me di cuenta de que las cosas ya marchaban muy bien. Y lo único que hicimos fue animar y ayudar.
P. ¿Cuántas veces ha hablado con el presidente Clinton?
R. Tres, y lo veré otra vez antes de los Juegos.
P. O sea, que él no está entre el elevado número de norteamericanos que aún no saben que hay Juegos en Atlanta.
R. Sabe muy bien que hay Juegos, y estará presente no sólo en la apertura, sino que durante las competiciones lo veré muchas veces, porque él conoce que son el acontecimiento del que más se ocupan los medios y que estamos en año electoral. Incluso hoy me han dicho que la señora Clinton asistirá a la ceremonia del encendido de la llama en Olimpia.
P. Atlanta, según todos los indicios, no parece que vaya a ser una ciudad acogedora para unos Juegos. ¿Qué opina?
R. Es una ciudad que tiene su personalidad, muy pequeña. La gente no vive en ella, sino fuera, pero la demostración de que interesan los Juegos es la venta de entradas. O sea, que será un éxito, como todo lo que pasa en Estados Unidos. Hay que ver lo que ocurrió con el Mundial de Fútbol, un deporte que allí no interesa para nada, sólo a nivel de universidad y de escuelas, y en cambio no creo que en ningún país del mundo puedan tener los llenos que tuvieron allí con partidos que no tenían nada que ver con ellos.
P. Las críticas sobre los precios se han disparado.
R. Esto pasa siempre, pero el sistema de precios está más o menos controlado, de común acuerdo con los hosteleros. Ahora, si los privados quieren alquilar su casa e irse de vacaciones pueden pedir lo que quieran.
P. Calor y transportes serán otros caballos de batalla.
R. El calor que pasamos en Barcelona y su humedad son muy parecidos a los de Atlanta. Los Juegos Olímpicos no pertenecen a un país que esté siempre a 21 grados, pertenecen a todo el mundo, a los países fríos, calurosos, altos y bajos, sólo con algunas excepciones.
P. ¿Se ha solucionado el problema de la piroplasmosis, la enfermedad equina que amenazaba a las pruebas hípicas?
R. Se ha solucionado, aunque con un acuerdo que no nos satisface totalmente. Los caballos que estén infectados podrán participar en doma y saltos, porque al no moverse de un recinto se les puede controlar. Pero los de completo, que salen al campo, no podrán estar presentes en la competición.
P. Entonces, aunque habrá que esperar al final, ¿dirá que habrán sido los de Atlanta los mejores Juegos de la historia?
R. No lo digo siempre, sólo lo he dicho cuando era verdad. Los de Los Ángeles fueron los mejores, Seúl también, y Barcelona. Pero en invierno no lo he dicho siempre. No lo dije en Sarajevo, lo dije en Calgary; no lo dije en Albertville y lo dije en Lillehammer. Lo digo cuando tengo, que decirlo. Si los de Atlanta no lo son, no lo diré. Para que lo diga tienen que tener muchísima suerte. Porque de los de Barcelona, cuando el tiempo pala, nos damos cuenta de su gran dimensión y no sólo de los Juegos en sí, sino de todo lo que han representado. Yo siempre digo que ha sido el acontecimiento más importante de toda la historia de Barcelona, de sus 2000 años. No sólo se ha cambiado la ciudad, sino algo mucho más importante, el carácter de la gente, que. es más abierta, más emprendedora, más optimista, más atrevida, mucho menos quejica. Ha cambiado.
P. Acaba de celebrarse una reunión olímpica en Roma para pedir la especificidad del deporte tras la sentencia Bosman. ¿El olimpismo no llega tarde y quiere seguir siendo un mundo aparte, como el fútbol, fuera ya de tiempo?
R. La reacción ha venido cuando el fallo ya estaba pronunciado. Se han perdido, no digo ya meses, sino años, en que se podía haber negociado. Pero creo que al final los que tienen la palabra son los gobiernos, no los funcionarios, por altos que sean. Y creo que vale la pena aprovechar esta presidencia europea de Italia, un país muy sensibilizado deportivamente, para intentar que se atienda la petición hecha en el acuerdo de Roma de que el deporte tenga el mismo tratamiento que la cultura. Y ya que muchos consideramos que el deporte es parte del mundo cultural, pues que esto se pueda plantear con algunos visos de realidad e intentar solucionar el problema. Porque, si no, entraremos en una escalada que no sé adónde nos puede llevar. No se puede comparar hoy día a la Europa unificada con Estados Unidos, por ejemplo. Nosotros aquí somos un grupo de naciones cada una con una personalidad tremenda y sin que ninguna quiera renunciar a ella. Si esto lo trasladamos al deporte tampoco que rrán renunciar a tener sus equipos nacionales en fútbol, en baloncesto, en todos los deportes y en los grandes acontecimientos como los Juegos Olímpicos. En Estados Unidos, en cambio, no. Hay muchos estados que tienen su independencia por variados motivos; pero en política exterior y en muchas otras cosas están unidos y al final solamente hay un equipo de Estados Unidos. Ésta es la gran diferencia. Si en los equipos que pueda haber en Italia, en España y en Francia la mayoría de los jugadores son extranjeros, pues se cargan prácticamente el equipo nacional. Y además, si todo esto se hace para ayudar a los jugadores, no veo qué ayuda pueda prestar, porque cobrarán muchísimo menos. Un ejemplo lo tenemos en España: cuando el baloncesto autorizó el tercer jugador extranjero los precios bajaron en picado., a, la mitad o a menos de la mitad.
P. ¿Entonces está en contra de que cada uno pueda trabajar donde quiera?
R. Cada uno puede trabajar donde quiera, pero nos gustaría mucho que tuviéramos el mismo trato que tiene la cultura, en la que antes de tomar una decisión como ésta hay que consultar a los 15 gobiernos.
P. ¿Están influyendo también en la disminución de las sanciones por dopaje las reclamaciones a la justicia ordinaria?
R. Yo estoy completamente de acuerdo con la última política del príncipe De Merode, que preside la comisión antidopaje, de tener una escala de sanciones hasta dos años en una primera oportunidad, y sólo de por vida en una segunda. En la primera, porque no todas las infracciones tienen el mismo valor, dependiendo de la sustancia o de las influencias de entrenadores y el entorno del atleta. Lo que- hasta ahora era desproporcionado era sancionar una cuestión menor por dos años, y no digamos las federaciones que castigan con cuatro años, prácticamente la tercera parte de toda una vida deportiva. Éstos sí pueden encontrarse con graves problemas, porque los casos de dopaje tienen dos vertientes, una médica y otra jurídica, y ésta cada vez tiene más importancia. De todas formas, si hay una escalada de sanciones yo estaré de. acuerdo.
P. ¿Y seguirá teniendo utilidad tras la sentencia Bosman el Tribunal de, Arbitraje del Deporte creado antes por el COl?
R. Muchísima. Además es gratuita y está dando excelentes resultados. Tenemos que procurar solucionar los problemas entre nosotros. Pero no es un tribunal, sino un tribunal de arbitraje, en el que las partes se comprometen a aceptar su fallo.
P. ¿Dará tiempo a aplicar en Atlanta el método canadiense de detección de la EPO, el producto que aumenta el número de glóbulos rojos en la sangre?
R. Creo que no. Lo que sí se aplicarán son estos aparatos nuevos, los espectrógrafos, que han dado unos resultados espectaculares para descubrir rastros de dopaje aunque se haya dejado de tomar varios meses atrás. Estamos advirtiendo a todos los comités Olímpicos que se: van a encontrar con este material.
P. ¿No le preocupa el escándalo que supondría una nueva ola de casos positivos?
R. No, porque si la hay es que la hay y cuantos más casos de dopaje se descubran será el índice de que la lucha es verdaderamente efectiva.
P. ¿Qué tanto por ciento hay de que siga en la presidencia el año próximo?
R. Hombre, no sé. Depende de mi salud. Me doy cuenta de que ahora no tengo la misma que hace 10 años, ni mucho menos. Tengo más achaques y más cosas. Si no estoy en condiciones perfectas, físicas y mentales, no me gustaría ser un presidente capidisminuido. Lo dejo y ya vendrá otro. Decidiré si me presento a finales de este año o principios del próximo. Si lo hago, no tendré problemas en ser reelegido. Al menos esto es lo que me está pidiendo la gran mayoría de miembros del COI, y entonces quedaría aplazada mi sucesión para dentro de cinco años, hasta el 2001.
P. Odisea del espacio...
R. La eternidad.
P. O sea, que no se puede hablar de sucesores: Killy, Schinitt, Pound, Rogge, Raña...
R. No. Y depende, porque, si me retiro ahora, puede ser uno, y, si lo hago dentro de cinco años, la nueva generación estará entrando. De lo que estoy seguro es de que habrá bastantes. Cuando yo me presenté éramos cinco, aunque uno se retiró antes.
P. ¿Qué le queda por hacer?
R. Muy pocas cosas. Consolidar lo que tenemos, y, sobre todo, esta unidad que quizá lo reitero tanto que la gente casi cree que es una broma. Pero hay que cuidarla cada día, cada hora. Es más difícil de lo que parece. Y es lo que ha hecho fuerte y respetado al movimiento olímpico.
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