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Miedo al futuro

Un periodista emblemático reflexiona sobre presiones políticas y recorte de gastos

El 9 de marzo de 1981, la noche en que Dan Rather sustituyó a Walter Cronkite como presentador del programa informativo nocturno de la CBS, la cámara mostró a Rather de cintura para arriba, sin nada detrás de él salvo un vacío fondo grisáceo. En la emisión de su decimoquinto aniversario, que se produjo el viernes pasado, Rather estaba sentado como en un trono delante de una mesa de caoba semicircular del tamaño de un yate pequeño, adornada con un tapete de ante azul; detrás de él, los productores de la CBS trabajaban ajetreadamente al teléfono, con una pared llena de parpadeantes monitores de televisión como telón de fondo.La tecnología ha cambiado la forma de reunir y entender la información; y según cree Rather, no siempre para bien.

A los 64 años, Rather es el más veterano de los tres presentadores más importantes, de cadenas de televisión y ha desempeñado esta función más tiempo que nadie salvo Cronkite, que estuvo 18 años. La semana pasada, en una entrevista que concedió en su abarrotado despacho, Rather habló de los cambios que ha presenciado en las cadenas y de los temores sobre el futuro.

Rather comentó: "No hace demasiado tiempo, un corresponsal extranjero tenía que vivir en un país y sumergirse profundamente en él, aprender sus costumbres y establecer contactos". Pero los viajes en avión y la tecnología -desde un equipo de cámara mejor y más pequeño, pasando por un aumento de los satélites de comunicaciones, hasta el desarrollo de los teléfonos móviles- han hecho más fácil enviar rápidamente a los corresponsales de un lugar a otro. Eso significa que se han cerrado oficinas y que, en su lugar, los corresponsales hacen visitas rápidas.

"Un verano, fui a Japón y a China para cubrir tres o cuatro noticias interesantes. Luego estuve en el Medio Oeste [de los Estados Unidos] durante las grandes inundaciones. A continuación informé sobre la guerra desde Bosnia y envié noticias desde Israel y Oriente Próximo. Cuando me hice presentador en 1981, eso era imaginable, pero no factible. En 1996 puedo ir literalmente a cualquier parte del planeta, sintonizar el satélite y salir instantáneamente, transmitiendo en directo".

Pero Rather cree que muchos ejecutivos de los informativos están poco interesados en la información sobre el extranjero, en parte porque resulta cara y en parte porque creen que no interesan esas noticias. "La mía no es la única voz que expresa esta opinión; mi cabeza y mi corazón no son los únicos que lo creen. Es algo en lo que todos debemos pensar seriamente".

La tecnología y "la cabeza y el corazón" de Rather se han unido para contribuir a modificar la idea que se tiene de un presentador de informativos. En 1981, los presentadores raras veces se levantaban de la mesa. Pero Rather insistió en seguir siendo un corresponsal itinerante e incluso en presentar las noticias desde el escenario de los acontecimientos. Por ejemplo, durante la guerra del Golfo Pérsico, Rather cubrió muchas noches la información desde Kuwait y Arabia, Saudí, mientras que Peter Jennings, de la ABC, y Tom Brokaw, de la NBC, permanecieron en EE UU casi todo el tiempo.

Rather dijo que además de las presiones internas para controlar gastos y mantener altos los niveles de audiencia, los periodistas notan una presión externa cada vez mayor: la influencia de grupos de intereses con programas políticos o ideológicos. Según Rather, la presión adopta varias formas. Los grupos de interés -por ejemplo los que mantienen posturas opuestas en el debate sobre el aborto- organizan brigadas telefónicas para quejarse ante una cadena de televisión por el trabajo de un periodista o para participar en programas de radio. Los grupos también llaman a los periódicos e intentan que critiquen a periodistas de la televisión e incluso intentan presionar a los anunciantes.

A veces, también las campañas políticas multiplican tales métodos. Rather pudo experimentar esto personalmente en 1988 después de una entrevista en directo con el vicepresidente George Bush, que en aquella época se presentaba para presidente, durante la cual Rather presionó a Bush para que respondiese a unas preguntas sobre su papel en el asunto Irangate. Rather dijo: "El equipo de Bush desató un ataque telefónico masivo contra la CBS junto con una manipulación política que incluyó llamar a los periódicos para decir que los directores de la cadena exigían que la CBS despidiera a Rather".

Para él, una cosa es que el blanco de la ira sea un profesional consagrado "y otra que lo sean los que están más abajo y que pueden pensar: 'Si sigo adelante con este artículo, no estoy seguro de cómo nos va a afectar a mí o a mi jefe, por no hablar de los propietarios de la cadena, así que voy a limitarme a coger el micrófono, permanecer neutral y seguir la corriente a la mayoría".

Copyright The New York Times

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