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Secretos a subasta

El Ministerio de Defensa británico vende por 20 libras un archivador lleno de informes confidenciales

Un archivador de oficina pintado de color beige ha colocado al ministro de Defensa británico, Michael Portillo, en una embarazosa situación ante la opinión pública. El archivador, con documentos internos de una base de las Reales Fuerzas Aéreas (RAF) británicas, fue vendido sin sacar de sus cajones ni uno solo de los 500 documentos que contenía, incluidos varios relativos al IRA. Nadie en el ministerio se había percatado de semejante error.En sí misma, la política ahorradora de los funcionarios de Defensa se ha demostrado irreprochable. Como centenares de oficinas privadas y públicas en el Reino Unido, el departamento organizó una subasta pública para deshacerse del mobiliario usado, con lo cual acabaría recaudando unas pequeñas ganancias. Lo malo es que un increíble error de última hora hizo que el funcionario de turno cumpliera con una misión tan rutinaria como esencial: cerciorarse de que dentro del dichoso archivador de dos cajones no quedaba ningún papel oficial y, mucho menos, ningún documento clasificado como confidencial, reservado o secreto.

Así es que el mueble enfiló la sala de subastas en Gloucestershire (Inglaterra), repleto de papeles secretos de la base aérea de Portreath, en Cornualles. El material incluía una carta del Comando de Combate de la RAF en High Wycombe que hace referencia a la naturaleza delicada del material. "Adviértase la clasificación. Material reservado debido a que proporciona excelente información para fabricar armamento", decía textualmente la carta del mando militar a su destinatario, supuestamente algún departamento del Ministerio de Defensa.

Los papeles cayeron en manos del comprador del mueble, por fortuna un patriótico ciudadano sin más voluntad que la de aferrarse a las plusvalías emanadas de semejante hallazgo. El tipo, un hombre de negocios del que únicamente se sabe que ha cumplido ya los 53 años, pagó sólo 20 libras por el armario de oficina que tuvo abandonado en un almacén durante una semana.

- Transcurrido ese tiempo, nuestro hombre quiso tomar posesión de su compra. Tras forzar la cerradura para abrir el archivador, se tropezó con su sorprendente y original contenido. Documentos con instrucciones detalladas y precisas para fabricar bombas incendiarias o granadas de diversos tipos, material informativo sobre el armamento del IRA, diapositivas sobre el arsenal de la organización terrorista y hasta un plan (le ataque hipotético para asaltar la base de las Fuerzas Aéreas de Portreath.

Fascinado y aterrado a un tiempo por el hallazgo, el empresario en cuestión decidió que, después de todo, podría recuperar con creces las 20 libras pagadas por el mueble y se marchó a la redacción de The Sun, el tabloide de Rupert Murdoch que siembra el pánico en Buckingham Palace.

Allí recibió la acogida esperada. Es decir, una pagina impar del periódico que leen millones de británicos de a pie todos los días. Un portavoz del Ministerio de Defensa contraatacó ayer asegurando que el material "olvidado" en el archivador era de "escasa importancia".

Aun así, el departamento se dispone a organizar una investigación exhaustiva sobre el caso.

"Un chaval de 16 años hubiera sido capaz de fabricar una bomba siguiendo las instrucciones que venían en los documentos", declaraba el orgulloso propietario del archivador al diario The Sun. Paralelamente, un experto en temas de seguridad calificó de "irresponsable" la aparición de dichos documentos oficiales en tales circunstancias, a la vez que aseguraba que los documentos "debieran haber sido destruidos" en su momento.

La base aérea de Portreath es una pieza esencial en el sistema aéreo de defensa británico. Durante la II Guerra Mundial fue un campo aéreo en el que estuvo enclavado un centro secreto de fabricación de armas químicas.

Ningún alto cargo de las Reales Fuerzas Aéreas se pronunció ayer sobre un incidente que ha arrojado una pequeña sombra sobre el funcionamiento ministerial. El impacto de la noticia ha sido superior al que ya hubiera tenido en cualquier momento, debido a que el caso del archivador se ha producido coincidiendo con la nueva campaña de violencia iniciada por el IRA el mes pasado.

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