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Se abre la veda contra Karadzic

Los rivales políticos del líder serbobosnio controlan la ciudad de Banja Luka

Belgrado ha abierto la veda contra Radovan Karadzic en Banja Luka. En la única ciudad importante de los serbios de Bosnia, un puñado de antagonistas políticos y hasta una emisora de radio del ejército no se recatan, por primera vez en este seudo-Estado policiaco, en sus ataques frontales contra el jefe de los serbobosnios. La esperada muerte política de Karadzic, decretada en Dayton, ha sido el banderín de enganche para la carrera por el poder en la mitad serbia de Bosnia. Pocos dudan de que esa carrera será ganada por los hombres colocados por el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic."Karadzic ha utilizado métodos fascistas y nos ha igualado a los fascistas. Por eso debe ir a La Haya". Lo dice sin mucho convencimiento, pero lo dice, el doctor Dragutin Ilic, el hombre a quien Slobodan Milosevic ha puesto al frente del Partido Socialista de la República Serpska, un calco del que manda en Belgrado y reeligió por aclamación la semana pasada a Milosevic como su líder supremo.

Cuentan quienes estuvieron allí que, aparte del presidente serbio, nadie recibió tantos aplausos como este médico de perfiles difusos que dice estar convencido de que ganará las elecciones que deben celebrarse este año en cumplimiento de los acuerdos de paz entre los tres bandos.

"A Karadzic sólo le apoya la iglesia ortodoxa, a la que ha declarado institución del Estado, y los ultranacionalistas y criminales que se han hecho ricos con la sangre de su país", relata llic de memoria. "La guerra ha acabado ya, y nadie va a vivir en un campo de concentración. Sí su gente ganase: las elecciones, aquí no quedaría nadie normal. Karadzic ha hecho de este país la clínica a, cielo abierto más grande del. mundo". Semejante contundencia pública era impensable hace sólo unas semanas.

Hasta los liberales, uno de los veinte partidos existentes en Banja Luka, muchos de los cuales no tienen más militantes que los alojados en su oficina, aseguran sin recatarse que "el tiempo de los ultranacionalistas se ha acabado". Su jefe, Miodrag Zivanovic, dice que "la extrema izquierda [los de llic] tampoco tiene futuro. Es el momento de los moderados, del centro político. Nosotros somos la única opción cívica". El profesor de filosofía Zivanovic reconoce que en el territorio serbobosnio no se dan ni de lejos las precondiciones para unas elecciones representativas, pero cree que a pesar de todo deben celebrarse, porque "el tiempo juega a favor del régimen totalitario de Pale".

Los socialistas serbobosnios aseguran que su partido tenía 11.000 miembros hace tres meses y tiene ahora 28.000. Muchos para este país semivacío donde nadie cree que habiten ahora más de 600.000 o 650.000 personas. El doctor llic, experto en terapia ocupacional, se deshace en elogios de Slobodan Milosevic, que vigila desde un óleo su despacho partidario en Banja Luka. "Todo el mundo sabe que el presidente no provocó esta guerra", explica.

La emisora de televisión de Banja Luka, aislada providencialmente de Pale desde septiembre pasado por los bombardeos de la OTAN, se permite algún matiz de disidencia en línea con las ideas de los políticos locales, incluido el alcalde, Predrac Radic, miembro del partido gobernante de Karadzic, el Democrático Serbio (SDS), y en la lista de candidatos a la sucesión del psiquiatra de Montenegro.

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Pero ninguna herejía política es comparable en el bando oficial a la representada por Radio Krajina, una emisora del ejército que comenzó a emitir en septiembre pasado, cuando la derrota militar serbobosnia era inminente a manos de musulmanes y croatas y en Banja Luka, 300.000 habitantes, la gente empaquetaba sus pertenencias para huir a Serbia. Clinton impidió la caída de la ciudad y con ella no sólo el colapso serbobosnio, sino probablemente el del régimen de Slobodan Milosevic. La guerra otorgaba por entonces a cada bando los porcentajes territoriales requeridos para firmar la paz.

A Radio Krajina acudió el alcalde Radic cuando sus jefes le prohibieron contar por la emisora oficial a los aterrorizados habitantes de Banja Luka, inundada por otros serbios que huían del avance enemigo en los frentes occidentales, lo que estaba ocurriendo. Y desde entonces se ha convertido en un altavoz de la disidencia, permitido por algunos generales de MIadic, al que a diario llaman decenas de personas para expresar en directo sus agravios contra el liderazgo de Pale. Cuando la policía anunció su intento de entrar a saco, la emisora lanzó un SOS al aire. "Miles de personas dijeron estar listas para defendernos", cuenta uno de sus periodistas. Karadzic y su ministro de Información, que acusó de traición a los dirigentes locales, habían perdido definitivamente la batalla de Banja Luka.

El fugitivo internacional sigue en Pale

Radovan Karadzic, procesado corno criminal de guerra por el Tribunal Internacional Penal de La Haya, creado por las Naciones Unidas, y formalmente excluido de la vida política en virtud de los acuerdos de paz de Dayton, controla todavía la policía y el aparato propagandístico serbobosnio, televisión incluida. La foto que le identifica como fugitivo internacional está en los puestos de control de la OTAN en Bosnia, pero es bien cierto que, salvo en sus fronteras internas, no hay uno solo de ellos en territorio serbobosnio, por donde se mueve frecuentemente. Más prudente, su comandante en jefe, el general Ratko MIadic, en su misma situación ante el Tribunal de La Haya, permanece la mayor parte del tiempo barricado en el búnker subterráneo de Han Pisejak, el puesto de mando serbio al norte de Sarajevo.Desde su despacho de Pale, junto a la capital bosnia, Karadzic sigue tomando decisiones y organizando manifestaciones de apoyo para sí y para MIadic en diferentes puntos del país. La última, en Prijedor, no lejos de Banja Luka, la semana pasada. "Nadie aquí juzgará a Karadzic y MIadic. Incluso si la gente les considerase culpables de los crímenes que se les imputan, lo que no sucede, no permitiría que se les juzgase. Sólo Milosevic, si sus relaciones con la comunidad internacional se pusieran suficientemente tensas, buscaría un camino para hacerlo", afirma un veterano periodista de Banja Luka. Con la paz, la ciudad ha perdido en parte su aire de guarnición sitiada.

Y pese a que continúan las expulsiones de los musulmanes y croatas que vivían en la ciudad, como asegura el padre Carlo, uno de los sacerdotes que asisten al obispo católico de la diócesis, Franjo Komarica, Banja Luka se ve a sí misma como futura capital y el faro que alumbra los proyectos de los serbobosnios.

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