El Gobierno valenciano da marcha atrás y asume la construcción del hospital de Alzira
El PP afirma que ninguna empresa ha aceptado el nivel de prestaciones exigidas
El Gobierno valenciano está atrapado en un círculo de contradicciones. Mientras Sanidad insiste en que aún hay tiempo para que una empresa privada gestione el hospital de Alzira, el presidente Eduardo Zaplana ha zanjado el asunto afirmando que la Generalitat asumirá el proyecto. "Zaplana optó por un centro público debido a la polémica creada, pero no hay nada cerrado" dice el consejero Joaquín Farnós. Lo cierto es que el PP no ha encontrado una empresa dispuesta a asumir los niveles de prestación exigidos y se escuda en ello para justificar la marcha atrás.
"Las empresas interesadas en la construcción y gestión del hospital de Alzira han dado marcha atrás ante los requerimientos del Servei Valenciá de Salut". Ésta es la versión ofrecida ayer por el jefe del gabinete del Presidente de la Generalitat para justificar por qué finalmente se ha optado por un hospital público para la Comarca de la Ribera, en la que viven cerca de 250.000 habitantes. El nivel de prestaciones exigido era, según esta fuente, el exigible a cualquier centro público en número de camas y servicios (tac incluido) y ninguna de las empresas ha querido asumir esa carga."Lo que ocurre es que hasta el momento no hemos llegado a ningún acuerdo y los ciudadanos tenían el compromiso de Zaplana de que se construiría un hospital en breve plazo", matiza el consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, "lo cual no significa que si mañana aparece una oferta nueva, no la vayamos a estudiar", añade.
Desde Presidencia insisten en que los más de 3.000 millones que costará la construcción del centro saldrán de los presupuestos de la Generalitat. Una decisión forzada, según el consejero, "habida cuenta del debate suscitado durante la campaña". Zaplana llegó a afirmar en sus últimos mítines electorales que todo aquel que hablase de privatización de la sanidad estaba mintiendo y recurrió a una expresión ya famosa del consejero, para insistir en que los ciudadanos tendrán una sanidad "gratis total".
Tanto Farnós como el responsable del programa sanitario del PP, Enrique Fernández Miranda -que estuvo en Valencia para apoyar la iniciativa del PP valenciano-, consideran que la sanidad pública resulta un 30% más cara que la privada. De ahí que el consejero insista: "Zaplana ha dicho que Alzira tendrá un hospital público y yo lo asumo, pero si en un plazo de dos o tres meses aparece una empresa privada con una propuesta viable, rectificaremos".
Ningún responsable del Gobierno valenciano ha querido explicar a este diario con qué empresas se estaba negociando (en principio tres), aunque se insiste, curiosamente, en que el modelo de hospital propuesto debía tener los mismos niveles de asistencia que, los centros de la red pública, tan denostados por los populares por su mala gestión.
La única garantía para los ciudadanos de la zona es que antes de tres meses el proyecto estará terminado (en mayo se abrirá un concurso de obras para iniciar la construcción) y la comarca contará con un hospital "complementario a la oferta hospitalaria de la ciudad de Valencia", en palabras del jefe del gabinete de Zaplana. Hasta ahora, los pacientes tenían que trasladarse a la capital -a unos 40 kilómetros de distancia, para ser atendidos en La Fe. "Es un problema de la Administración elegir entre un modelo público o privado, pero la asistencia está garantizada", añade.
El polémico proyecto de los populares valencianos consistía en ofrecer "mayor calidad a menor coste", cediendo a una empresa privada la construcción y gestión del hospital, con el argumento de que ésta se encargaría de su buen funcionamiento, al tener que ganarse diariamente a la clientela. El bolsillo del paciente no lo notaría, ya que sería la Generalitat la que pagaría los gastos de asistencia, a través de un concierto. La decisión puso en pie de guerra a los habitantes de la comarca, que se agruparon en una plataforma en defensa de la salud pública, con el apoyo de los sindicatos.
Alejandro Cercas, secretario de Relaciones con la Sociedad del PSOE, afirmó ayer que el PP carecerá de los apoyos parlamentarios que le permitan establecer "ni de lejos, políticas privatizadoras o de deterioro de la Sanidad, como lo han intentado en algunas de las autonomías donde gobiernan, como es el caso de Valencia". Cercas, añadió que el PSOE va a impedir al PP cualquier tentación de deterioro del Sistema Nacional de Salud, informa Europa Press.
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