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Agusti Villaronga estrena su tercera película tras cinco años de silencio

'El pasajero clandestino' adapta una novela de Simnenon

El pasajero clandestino se estrena mañana en España y ésta es noticia destacada porque significa la vuelta a las salas de exhibición de un trabajo de Agustí Villaronga. El director mallorquín, saludado como uno de los mejores creadores cinematográficos en los años 80, ha estado cinco sin poder llevar adelante un proyecto desde que El niño de la luna (1989) acumulara goyas, san jorges, fotogramas y ondas. Regresa con un relato de Simenon.

En la presentación, ayer, de su película, Villaronga repitió tres veces que se trata de un filme amable, como dijo que lo es la novela de Simenon en que se basa. Si la referencia son sus dos anteriores películas y especialmente la primera, Tras el cristal, El pasajero clandestino puede que sea, en efecto, amable. Pero Villaronga se ha enfrentado a este relato serie noire con una frialdad de entomólogo al seguir los caminos cruzados de los cuatro personajes principales. "Los protagonistas", explica, "son personas muy amorales que pasan por encima de todo para conseguir lo que buscan, pero Simenon los muestra de manera amable. Tampoco creo que la historia diera para mucho más, quiero decir para recrearla en cine en ambientes muy duros u opresivos". Añade que si algo le molesta es exprimir las situaciones hasta el punto de desvirtuarlas, llevar la acción más allá de lo razonable o verosímil.Se ha ceñido, entonces, a un texto que es básicamente descriptivo. Pero la amabilidad de Villaronga no llega hasta el punto de hacerle olvidar que su obra es un filme negro, donde hay un asesinato, ambiciones, traición y sordidez. "Quise ver la primera versión en cine del relato, la que rodó Martine Carol en los sesenta y aguanté sólo media hora: era una película turística", dice. La acción transcurre en Tahití, pero el trópico que enseña Villaronga es muy poco tópico, nada cálido, muy poco de postal. Rosa Novell, cabaretera que vive su ocaso en un tugurio panameño, tiene un arranque espectacular: aparece en cuclillas aliviando sus penas en una infecta letrina acompañada de un tábano.

Villaronga contó que ha querido hacer una película al estilo clásico, como las de los años 40. "Creo que si fuera en blanco y negro podría pasar perfectamente como uno de esos filmes que vemos de madrugada en televisión. Me gusta mucho a mí este tipo de cine, aunque el mío sea considerado como de autor". ¿No lo es este? "Bien, que sea un encargo no quiere decir que yo no haya puesto mi parte ni que no lo sienta como algo muy propio". El encargo vino de la cadena franco-alemana Arte y forma parte de un acuerdo con las productoras Massa d'Or y Tornasol del que salió ya Los de enfrente, de Jesús Garay, y que incluye dos nuevas adaptaciones de novelas de Vázquez Montalbán, El pianista, que dirigirá Mario Gas, y Galíndez, encargada a Imanol Uribe. Las dos están pendientes.

El pasajero clandestino juega una de sus bazas con los actores. Simon Callow, Bruno Todeschini, Mercé Pons y Rosa Novell son los principales. "Villaronga es un tipo tan minucioso que cuando vino a verme para ofrecerme el papel me lo contó ya todo, casi plano a plano", dijo Rosa Novell. Rodaron en francés y luego doblaron al castellano y catalán.

Villaronga escribe ahora un guión con Almodóvar. Será su próxima película. "Es extraño", dijo. "Estás cinco años sin que te salga nada -pensé incluso en dejar el cine- y de repente se acumulan trabajos que no puedes atender. Pasan estas cosas".

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