La enseñanza de las religiones protestante y musulmana queda equiparada a la católica

Los alumnos de primaria y secundaria podrán, a partir del próximo curso, recibir enseñanza de las religiones protestante e islámica en las mismas condiciones en que se imparte la católica, según acuerdo autorizado ayer por el Consejo de Ministros. Los padres comunicarán al centro escolar que sus hijos desean recibir esa enseñanza y cada confesión designará al profesorado. Según fuentes de ambas religiones, unos 5.000 niños se verán afectados. Las clases e religión son semanales, de hora y media. Los alumnos que no acuden reciben actividades alternativas.

El convenio lo firmarán, en representación del Gobierno, los ministros de Educación y Ciencia, Jerónimo Saavedra, y de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch y, por parte religiosa, por el Consejo General de la Enseñanza Religiosa Evangélica y la Comisión Islámica de España. La firma tendrá lugar una vez publicados en el BOE los planes de estudio de ambas religiones. Durante tres años los representantes religiosos y Educación han estudiado las fórmulas para establecer un programa de estudios común a todas las ramas de cada una de las dos confesiones."Es un paso más en la normalización educativa y responde a una aplicación del ejercicio de la libertad religiosa", dice Jesús Palacios, director general de Renovación Pedagógica del Ministerio de Educación.Agravio

"El acuerdo es positivo", valora Pedro Tarquis, portavoz de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), "aunque habría que matizar que, en principio, para nosotros el Estado no es quien tiene que decidir sobre enseñanza religiosa: se trata de un deber y un derecho que compete a los padres. Pero, desde el momento en que el Estado concede a la Iglesia Católica la posibilidad de esa enseñanza, sería un agravio que no existiera para los demás. El acuerdo evita ese agravio".

Los evangélicos españoles, según cifras de 1990, son 213.000. Las comunidades autónomas donde hay más, unos 40.000 en cada una, son Cataluña y Madrid.

"La demanda potencial de alumnos está entre 50.000 y 60.000 pertenecientes a familias evangélicas, aunque la oferta esté lógicamente abierta a más estudiantes", dice Luis Corpas, director del Consejo General de Enseñanza Religiosa Evangélica. "Se procurará que el alumno reciba la enseñanza en su centro, por parte de un profesor debidamente acreditado por nuestra Iglesia".

"Es el acuerdo más importante entre el Estado y la Comisión Islámica de España", dice el responsable de esta entidad musulmana, Riay Tatary. "Significa el lógico desarrollo de un derecho constitucional. Afectará a 20.000 estudiantes".

Los musulmanes españoles son aproximadamente 250.000, aunque con los inmigrantes podrían cifrarse en 500.000. "En Melilla o Ceuta la enseñanza de la religión musulmana es algo corriente: en el colegio Reina Sofía, de Ceuta, alcanzará un 100% del alumnado", dice Tatary. "En Asturias, Valencia o Madrid, tendremos que agrupar a los alumnos para que reciban la enseñanza".

Ya hay algunos centros escolares con experiencia en alumnado musulmán. "Empezaron a venir en 1988, sobre todo del Magreb", dice Rosa García, directora del colegio público Gregorio Marañon, situado en un barrio madrileño, Lavapiés, donde existe un alto porcentaje de inmigrantes. "Ahora son 41, entre los tres y los 14 años". De momento, mientras se da clase de religión católica, los musulmanes van a otra aula, donde reciben apoyo lingüístico en castellano. "Se les respeta el Ramadán y sus fiestas", dice García, "y en esas ocasiones se explican a todo el alumnado aspectos de la cultura musulmana, y los niños traen comidas tradicionales. Respecto a la alimentación cotidiana, no comen cerdo, y se les proporciona otro menú".

La Iglesia Católica manifestó ayer, por fuentes de la Conferencia Episcopal, no ser "parte interesada" en el acuerdo aprobado ayer, aunque lo considera "una decisión normal y lógica en un Estado de derecho y en un país de pluralidad religiosa". Sin embargo, hasta la fecha la Iglesia Católica ha considerado que la enseñanza de su religión -en un acuerdo al que ahora se equiparan las otras dos- se encuentra marginada, y ha mantenido su más importante contencioso con el Gobierno socialista en ese tema.