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GESTIÓN CULTURAL

Dos personas sin cargo se presentaron como asesores de la Comunidad ante profesionales

Dos personas sin cargo alguno han recibido a profesionales de la cultura pretendiendo ser asesores de la Comunidad, según han declarado quienes se entrevistaron con ellos. Jezabel Pagnon y Carlos Laredo mantuvieron encuentros oficiales como asesores culturales en la sede del Centro de Estudios y Actividades Culturales (Ceyac), dependiente de la Consejería de Educación y Cultura. La realidad es que no han sido nombrados para el cargo.

Tres hombres mantuvieron una reunión formal el pasado 16 de octubre con una mujer que se presentó a sí misma como asesora del consejero de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, Gustavo Villapalos. Según uno de los asistentes, Tomás Alberich, presidente de la Coordinadora de Asociaciones Culturales de la Comunidad, tuvieron una reunión en cuyo transcurso Pagnon se quedó con la documentación aportada por ellos. "Después hemos llamado y no aparecía por ningún lado", señaló Alberich, "hemos hablado con Rosa Basante, gerente del Ceyac".Alberich, miembro del consultivo Consejo de Cultura de la Comunidad, asegura que escribió a Villapalos el pasado 9 de febrero para que aclare la situación. El consejero, enfermo desde el día 7 de febrero, no ha contestado, pero sí que declaró antes de enfermar que Pagnon "no ha sido nombrada como asesora, ni ha cobrado nada". "Es una persona de la Fundación General de la Universidad Complutense [órgano privado vinculado a la universidad], agregó Villapalos, "pretendo que se encargue de un protectorado de fundaciones".

En la sede de la fundación contaron ayer que Pagnon ya no trabajaba allí y ella, contactada telefónicamente, dijo: "No voy a hacer declaraciones. Lo que les ha dicho el consejero está bien, respeten mi domicilio particular". Pagnon rehusó facilitar un teléfono profesional. Pagnon recibió en los últimos meses de 1995 en un despacho del Ceyac al empresario teatral Ramón Tamayo, al director de escena, Manuel Canseco, a Roberto Alvarez (del Teatro de la Danza) y a otros profesionales, según el testimonio de estos últimos. A todos se les dijo que ella era asesora de teatro del consejero. En un despacho vecino recibía a los profesionales el dramaturgo Juan José Alonso Millán, de 59 años, en la misma calidad de asesor, sin haber sido nombrado (véase EL PAÍS del 1 de febrero). Días después, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón esgrimió para el autor teatral un "nombramiento provisional" como gerente del Ceyac.

Por su parte, el director y autor teatral Francisco Suárez dice haber vivido una de las experiencias más humillantes de su vida, tras ser recibido en el Ceyac, por "el asesor" de Alonso Millán, quien resultó ser una persona que no tiene cargo alguno. Suárez, director del Festival de Teatro de Mérida hasta el pasado verano, con casi una treintena de espectáculos sobre sus espaldas, cuenta su experiencia. Tras solicitar una entrevista con Alonso Millán el 11 de enero, se le citó para el 29 del mismo mes, fecha en la que acudió al Ceyac acompañado por la productora y el director artístico del espectáculo que prepara. Se le comunicó que no sería recibido por Alonso Millán sino por su asesor Carlos Laredo. Suárez señala que esta persona afirmó no conocerles, pero escuchó su propuesta de solicitud de ayuda para la producción de un montaje teatral sobre Antígona.

"¿Qué es Antígona?"

Laredo les dijo: "Nosotros no vamos a dar ninguna subvención sin que vigilemos el proceso de aquello que vamos a apoyar, por lo que montad el espectáculo, asistiremos a los ensayos y ya veremos..., por cierto, Antígona ¿qué es?, ¿es un ballet, verdad?". Tras aclararle que Antígona era una obra de Sófocles, entró en el despacho Juan José Alonso Millán, quien saludó amablemente a Suárez, siempre según su versión. Alonso Millán se limitó a decirle que él no podía recibirle "porque estaba con gripe continua", pero que Carlos Laredo mandaba y decidía por él.Tras este encuentro hubo una segunda cita, el pasado 14 de febrero a las 13.30, hora a la que acudió Suárez al despacho de Laredo. Tras media hora, le comunicaron que Laredo está en una reunión de teatro en la planta baja del edificio y Suárez se trasladó allí. Cuando se vieron, Laredo le pidió disculpas porque se había olvidado de la cita y le contó a Suárez que no podían ir a hablar a su despacho "porque al no estar contratado por la Comunidad" no podía recibir a nadie, pero que se pueden ir al bar de al lado a tomar algo y charlar. Suárez se limitó a contestarle: "Gracias, pero no tengo tiempo para tomar cervezas". Ayer tarde se intentó recabar, sin éxito, la versión de Laredo y de la gerente Basante en el Ceyac.

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