Roldán, un preso entre 235 mujeres
Hoy se cumple un año de la captura el ex director de la Guardia Civil
, Luis Roldán, el primer paisano que dirigió la Guardia Civil, el que un día estuvo en un tris de ser ministro, amenazó con "tirar de la manta" y dejar al descubierto al Gobierno. Pero hoy, justo un año después de ser capturado en Asia, vive en la cárcel abulense de Brieva, acompañado sólo por los dos geos que le custodian día y noche. Nadie le visita. Únicamente su esposa Blanca Rodríguez-Porto, su hijo, algunos familiares y sus abogados. Mientras, espera en silencio la hora de sentarse en el banquillo por malversación de caudales públicos, estafa, prevaricación, cohecho, falsedad documental y defraudación a Hacienda.José Luis Corcuera, al abandonar en noviembre de 1993 la cartera de Interior, se refirió a él diciendo que era "un hombre cabal". Seguramente utilizó ese término para decir que consideraba al ex jefe de la Guardia Civil como una persona justa. Corcuera, sin duda, no tuvo presente que en la Inglaterra del siglo XVII se usaba el término cabal para referirse a los integrantes de las camarillas que rodeaban en la sombra a los reyes.
Roldán y su presunto enriquecimiento ilícito, aprovechando sus años de permanencia en el cargo, se convirtió en noticia de primera página a raíz de su fuga a fines de abril de 1994. Y con ello arrastró a Antoni Asunción, entonces ministro del Interior.
Puso pies en polvorosa cuando la juez de Madrid Ana Ferrer sólo quería retirarle el pasaporte para asegurar su permanencia en España mientras investigaba su presunto enriquecimiento. Pero Roldán se asustó y salió corriendo. "Se equivocó, Si no hubiera huido, no habría salido a la luz ni la décima parte de sus chanchullos", dice un policía.
El 28 de febrero de 1995, el ex director general de la Guardia Civil era repatriado desde Bangkok (Tailandia), acompañado de cinco policías. La operación que puso fin a 305 días de escapada pudo ser un éxito del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch. Pero quedó empañado por la falta de explicaciones; las dudas surgidas de los papeles de Laos; la intervención de Francisco Paesa, a cambio de 300 millones de pesetas, en la caza y captura del prófugo, y la extraña presencia de varios agentes del Cesid en la capital laosiana.
Roldán, que está resfriado, ocupa su tiempo en leer el Abc, El Mundo, EL PAÍS y los deportivos As y Marca, diarios a los que está suscrito. A la par, estudia el curso de acceso a la Universidad a Distancia, según Jesús Martín Moreno, director del penal.
Es el único varón en una prisión de 235 mujeres. Otro hombre que ocupaba una celda de la sección de régimen abierto salió libre hace cinco días.
Desde que fue encarcelado, Roldán sólo ha pisado la calle para declarar en los juzgados de Madrid por el caso GAL, la falsedad de los documentos usados por el Gobierno para traerlo desde Laos, o sobre el presunto espionaje del Gobierno al ex banquero Mario Conde.
En las elecciones autonómicas y municipales del año pasado ejerció por correo su derecho al voto. Pero ahora no ha hecho los trámites para poder votar el próximo domingo. Está más preocupado por su situación personal -se enfrenta a penas que suman más de 40 años- que por la política.
La juez Ana Ferrer culminó su trabajo con el procesamiento de Roldán y 13 personas más. El fiscal, el defensor y las demás partes personadas deben ahora calificar los hechos. El tribunal procurará que el juicio sea lo antes posible, por tratarse de una "causa con preso".
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