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Limites al vertiginoso avance de los 'chips'

El silicio es un poco como el petróleo. Hace décadas que se anuncia su desaparición y sin embargo su salud sigue siendo buena como base de la industria electrónica, la que fabrica los circuitos integrados de proceso de datos o de memoria. Sobre los chips, una revolución de la segunda mitad del siglo XX, se basa el lema más rápido, más pequeño, más barato de la informática, una tendencia que ya dura 30 años. Pero amontonar transistores, los interruptores en los caminos de la información, en un mínimo espacio, es un proceso que tiene límites físicos, además de tecnológicos. Y en ellos se están fijando ahora los diseñadores, porque empiezan a encontrar problemas en su incesante descenso de escala.El incremento de la capacidad de los chips de memoria ha sido increíble en los últimos años. En 1993 se presentó la DRAM (memoria dinámica de acceso aleatorio) de 16 bits, en el que se podían almacenar 50 páginas de la Enciclopedia Británica. En 1996 empezará a producirse masivamente la memoria DRAM de 64 bits y en cada una se puede almacenar un volumen de esta enciclopedia. Las DRAM son ahora mismo, por tanto, el principal motor del desarrollo tecnológico en circuitos integrados.

Según Yoshio Nishi, especialista japonés, los circuitos integrados se enfrentan a dos problemas básicos: la producción de calor y su consiguiente disipación, y la capacidad limitada de las baterías. Una posible solución es utilizar chips interconectados que reemplacen a los chips muy grandes, con enlaces ópticos entre ellos, lo que no generaría calor adicional, aunque plantea problemas de velocidad.

Según un estudio de Estados Unidos, en el próximo futuro aumentará mucho más la potencia que necesiten los chips de muy alta integración (VLSI) que la capacidad potencial de las baterías. No sólo hay que hacer más pequeños los chips o aumentar la intensidad de integración, sino también limitar su consumo o aumentar la capacidad de las baterías. Las soluciones se atisban en el uso de nuevos materiales y el acortamiento de los canales, pero éste último factor da lugar a fenómenos eléctricos nuevos e indeseados y también a la aparición de fenómenos de mecánica cuántica. Otra solución es hacer chips mas grandes con diferentes funciones integradas.

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