Dos preguntas

Creo que no hay nada más ejemplar que cumplir con la responsabilidad que cada uno tiene: si el profesor se esfuerza por enseñar bien, el periodista por informar correctamente, el albañil por construir con seguridad, los problemas, sin dejar de ser problemas, serían más llevaderos y seguro que menos abundantes.A propósito de esta reflexión tan elemental se me ocurre pre-

Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

guntar a quien o quienes corresponda:

1. ¿Cómo es posible que se amenace a las personas que circulan en un transporte urbano, éstas sean obligadas a bajar de él, el autobús sea quemado, y todo ello ante la indefensión, la reiteración y el atropello más indignante que imaginarse pueda nadie en un Estado de derecho?

La impunidad que acompaña después a la canallada es aún peor.2. ¿Cómo es posible que se tome una emisora de radio por los mismos individuos violentos de siempre, emitan un comunicado, y la respuesta sea que es imposible actuar porque no se puede identificar a nadie?

Sólo son dos ejemplos de los muchos que se podrían enumerar de hechos gravísimos que están sucediendo todos los días.

Está clarísimo, por tanto, que algunos de los que deberían cumplir escrupulosamente con sus responsabilidades en el tema de la violencia fanática no lo están haciendo y se están permitiendo tropelías sin parangón en otro país democrático.-