La unión monetaria
Una de las cosas que más sorprende de los políticos que defienden la aplicación del texto de Maastricht para la unión monetaria es que todos lo hacen con pasión. No hay defensa moderada. Éste ya es un signo de que no van demasiado cargados de razón. Se han jugado la credibilidad, propia y de todo el proceso de construcción europea, en la defensa de un texto. No pueden, por tanto, permitirse la flexibilidad que un proyecto tan complejo requiere. Pienso que éste ha sido un grave error político.El texto de Maastricht tiene grandes fallos. ¿Cómo es posible que una desaceleración que ni siquiera parece preocupante haya puesto en tela de juicio todo el proceso? Por otra parte, hay críticas a la viabilidad de la UEM. Se dice que no somos (y es verdad) una "zona monetaria óptima". Somos aún demasiado distintos para que nos convenga una misma política monetaria. Pero el problema de fondo es de concepto. La UEM se ha tomado como un instrumento, un paso hacia el acercamiento político. Y hay cosas demasiado importantes como para no ser consideradas un fin en sí mismas.-