Justicia
La tarde del sábado 29 de mayo de 1993, Germán Hernández Montero nos hizo varios disparos con un rifle de cerrojo y mira telescópica y mató a mi mujer, Mavi Quintana García. Pasé a declarar por la comisaría y sigue libre.El juzgado (Majadahonda) se especializa en hacer las gestiones incompletas, retrasadas, al revés, o ni hacerlas. Va para tres años y aún no hay juicio. No me consuela que la justicia en general esté infradotada e infrainspeccionada, ni que haya más casos con mayor retraso.
Otros servicios públicos (educación, sanidad, pensiones... ) me temo que funcionan mal para sacarnos dos veces el dinero: por los impuestos (y dando por bajo del valor) y al forzarnos a recurrir al sector privado.
¿Y la justicia? No hay privada (¿O sí: mafia en Estados Unidos, Italia ... ?) ni Europa prevé romper el monopolio dé la pública. El truco será que su mal funcionamiento favorece a los grandes pleiteados (Administración, banca, servicio...) desanimando al personal con largas de años y más años.
En muchos organismos miraban asombrados al preguntarles por cuentas de retrasos o errores, como si fuese algo impensable, y no necesano como creo.
Un efecto secundario indeseado es que por no saturar las cárceles con inocentes pendientes de juicio dejan sueltos a miles de criminales. Germán mató a Mavi y esa noche durmió en su casa. Y tal como es la ley, aunque tarde le condenen, tendrá donde agarrarse (edad, salud) para que no le encierren.
Y temes que si te vengas te ocurrirá como el que robó una gallina y al instante le echaron seis años sin remisión. Los buenos, cortos o miedosos hacemos, de ovejas. Pero si descuidan el rebaño, los perros se aloban, las ovejas mueren o se pierden, y los pastores quedarán en el paro. ¿O es que alguien les ha prometido un cargo de mayoral del rebaño de otro?-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.