A los terroristas
Hoy, a vuestro pesar, ha vuelto a lucir el sol. Hace un día maravilloso, y la gente, aunque con la pena aún en el corazón, hemos salido de nuevo a la calle. Hemos paseado, nos hemos unido y hemos disfrutado de algo que vosotros no podréis tener jamás. Me pregunto si desde vuestro escondrijo tendréis el valor -cada vez me convenzo más de vuestra cobardía- de asomaros a una ventana. Os daréis cuenta de que la vida sigue, que ni el sol ni los pájaros ni la gente dejan de vivir, de reír y de amar a vuestro alrededor.Poco aprecio debéis tener a la vida para sacrificar tantas cosas buenas a cambio de matar, de asustar sólo por unos momentos a una sociedad que no se va a cansar de luchar, aunque vosotros creáis lo contrario. Reflexionad -si aún os queda algo de cerebro- y os daréis cuenta de que no compensa. ¿Nunca os habéis sentido solos? Creo que vuestra vida debe ser muy triste. No me refiero a los momentos en los que matáis, y que supongo debéis sentir una incomprensible y asquerosa alegría. Me refiero al día a día, a vuestra triste cotidianidad, siempre escondidos, huyendo de una vida llena de sorpresas que jamás podréis descubrir. Vosotros sí que estáis muertos.-