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Reportaje:

El ordenador cumple 50 años

El primer calculador electrónico ocupaba una gran habitación

Fue un día de san Valentín, hace 50 años. El general Gladeon Barnes se puso de pie ante un distinguido auditorio en un salón de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, y apretó un botón que inició la primera demostración pública del ENIAC (siglas en inglés de Computador e Integrador Numérico Electrónico). Ahora se reconoce que este monstruo de 30 toneladas de cables, válvulas y acero, que ocupaba una gran habitación, fue el primer ordenador general totalmente electrónico.El miércoles, el ENIAC volvió a funcionar, al menos en parte, porque el resto desapareció con los años. El vicepresidente Al Gore lo encendió en una ceremonia destinada a conmemorar su construcción. A velocidad de tortuga, si se compara con los ordenadores actuales y con toda clase de ruidos, el ENIAC fue encendiendo sus lucecitas para contar primero hasta 46, la fecha de su nacimiento, y después hasta 96, el año actual. Allí estaban algunos de los veteranos científicos e ingenieros que contribuyeron a su existencia, financiados por el Ejército de Estados Unidos, que quería calcular tablas complicadas de lanzamiento de proyectiles. El proyecto se hizo realidad en sólo tres años, bajo la presión de la II Guerra Mundial, con la aparición de nuevos aviones que maniobraban rápidamente.

Uno de estos, supervivientes, Herman Goldstine, dice ahora de la presentación pública del ENIAC: "Fue el primer acontecimiento de la era de la información. Convenció a la gente de que la máquina funcionaba, y, a la comunidad científica, de que estaríamos muy contentos si lo utilizaban".

Gore aprovechó el miércoles la ocasión para recordar que estas cosas sólo se consiguen con financiación pública, y que la actual explosión de comunicación a través de Internet también surgió de una iniciativa pública. Y eso que un pequeño grupo de manifestantes abucheó a Gore a su entrada a la ceremonia por los intentos de censurar los contenidos de Internet.

Mientras tanto, el cumpleaños se está celebrando por todo lo alto en Estados Unidos. De la celebración forman parte el enfrentamiento hombre-máquina a través del ajedrez entre el campeón Gari Kaspárov y el ordenador Big Blue de IBM y la construcción en la Universidad de Pensilvania de un microprocesador del tamaño de una uña que hace lo mismo que hacía el ENIAC en un espacio de 10 por 16 metros.

El ENIAC original tenía 17.468 válvulas y costó 450.000 dólares de la época (55 millones de pesetas al cambio actual). Podía almacenar 20 números de 10 dígitos en su memoria electrónica y procesarlos a la velocidad de 100 kilohercios por segundo. Los ordenadores actuales tienen normaImente una memoria de 8 a 16 millones de caracteres y funcionan 1.600 veces más deprisa, a 160 megahercios.

Este monstruo electrónico fue una nueva y decisiva etapa en la larga historia de desarrollo de las máquinas de calcular, que se inició con la máquina de restar de Charles Babbage a principios del siglo XIX. Tras el ENIAC surgieron las máquinas con programas almacenados en memoria, lo que les dio una gran versatilidad y mayor facilidad de uso. El significado de la máquina nacida hace 50 años es que fue la primera totalmente electrónica y podía ser utilizada para muchos tipos de cálculo, a diferencia de sus predecesores. "Abrió la puerta", afirma Paul Shaffer, director del museo ENIAC. "La era de la informática despegó y nunca volvió".

Miembros destacados del proyecto fueron el matemático Goldstine, que sirvió de enlace con el Ejército el físico John Mauchly, y el ingeniero Prosper Eckert. Se supone que Mauchly hizo el diseño electrónico y Eckert consiguió que funciona rían al unísono miles de temperamentales válvulas electrónicas.

Cuando se terminó el ENIAC, la guerra ya había terminado, pero no faltaron "altos responsables de la sociedad estadounidense que reconocieron su capacidad potencial para reconstruir la ciencia en Estados Unidos sobre una nueva base", según publicó el diario The New York Times hace 50 años al dar noticia de la demostración. No se equivocaron.

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