'El más apasionado'
"Era el hombre más apasionado por la arquitectura". Su compañero y amigo Julio Cano Lasso comentaba ayer en el tanatorio de Madrid cómo "había muerto en la brecha", en su estudio, repasando los últimos proyectos con "la cabeza lúcida". "Su línea es de absoluta depuración, de absoluta sencillez. Un hombre muy enamorado de la tecnología del proyecto, interesado con todo lo que se relacionaba con la arquitectura, desde los edificios a los muebles".Cano Lasso opina que su vida "muy austera" se reflejaba en la arquitectura. "Cuando alguien tiene contenido, sea arquitecto, escritor o artista, se refleja en su obra, de la que destaca el conjunto. "Es una obra de la medida y lo importante es la coherencia total entre el mundo que vive y lo que se hace. Elegante y sencillo".
Junto con Francisco J. Sáenz de Oiza, de 77 años, se consideran los dos maestros de la primera generación de la posguerra. "Es un arquitecto extraordinario, de altísima sensibilidad", declaró ayer Sáenz de Oiza. "Compaginaba la racionalización y la imaginación, con una arquitectura humana al límite. Una lección para todos los arquitectos".
Las generaciones más Jóvenes también despidieron a De la Sota. Alberto Campo Baeza recordó ayer que en el reciente ensayo de Kenneth Frampton sobre Poéticas de la construcción aparece, en portada un dibujo de De la Sota sobre el gimnasio de Maravillas. "Su obra es un despojo formal, llena de sobriedad y precisión, una arquitectura ligada a lo constructivo. Franciscana, sobria y escueta". Añade que el reconocimiento de su trabajo se podía comprobar en las escuelas europeas, como ocurrió con su exposición en el Politécnico de Zúrich en 1990.
Babelia
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