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Garzón interrogó a Perote sobre los documentos incautados en su celda

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón interrogó ayer por sexta vez al coronel Juan Alberto Perote en relación con el asesinato del presunto etarra Ramón Oñaederra, Kattu, cometido por los GAL en el sur de Francia en diciembre de 1983. El interrogatorio se desarrolló en torno a los documentos intervenidos en la celda que ocupa del ex número dos del Cesid la cárcel militar de Alcalá de Henares (Madrid) y que, presuntamente, contendrían información sobre la guerra sucia contra ETA.

A diferencia de ocasiones anteriores -en las que el militar prometió colaboración al juez aunque en realidad se dedicó a administrar sus conocimientos- Garzón dispone ahora de más de 50 fOlios mecanografiados y con anotaciones a mano del propio Perote, que el pasado jueves por la tarde fueron intervenidos en su celda.Garzón tiene documentos, en los que al parecer Perote estaba trabajando, que describen varias operaciones de guerra sucia contra ETA. En algunas de ellas participó el propio coronel y de otras tuvo conocimiento por razón de su cargo.

En los mencionados documentos, que algunas fuentes han descalificado ya atribuyéndolos a fabulaciones del coronel, se mencionarían diversas acciones llevadas a cabo por efectivos de la Guardia CIvil destinados en el cuartel de Intxaurrondo (Guipúzcoa), alguno de los cuales ha sido relacionado con otros casos atribuidos a los GAL.

El interrogatorio de ayer duró poco más de una hora y el magistrado, según fuentes de la Audiencia Nacional, no quedó satisfecho. Las mismas fuentes indicaron que Perote tendrá que volver una séptima vez, de nuevo en calidad de imputado, y que tendrá que aclarar puntos oscuros sobre los documentos intervenidos sobre los que ayer se le preguntó y que el magistrado se llevó a casa para estudiarlos durante el fin de semana.

El militar y su abogado, Jesús Santaella, presentaron ayer sendas protestas formales por los dos registros ordenados por Garzón, ya que entienden que pueden conculcar el derecho de defensa del acusado, según informó el propio Santaella. No obstante, Perote declaró a Garzón que los documentos ocupados en el registro se los habían hecho llegar a la prisión, y que por tanto no son propiamente suyos. El militar volvió a prometer ayer que entregaría otros documentos al magistrado, aunque no precisó de cuáles se trataba.

El ex jefe de la agrupación operativa del Cesid confesó a Garzón en la comparecencia del pasado 30 de enero, en la que el magistrado le cambió la condición de testigo por la de imputado, que conocía la identidad de los asesinos de Oñaederra, aunque no quiso facilitársela. Tampoco quiso revelar el nombre del confidente que supuestamente le informó por anticipado de que se iba a atentar contra Kattu.

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