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La balanza de pagos arroja superávit por primera vez desde 1987 y roza el billón

La balanza de pagos de la economía española arrojó el pasado año un superávit del 1,3% del PIB, después de ocho años de registrar déficit. La diferencia entre los ingresos y los pagos que efectuó la economía española por comercio, turismo, rentas y transferencias fue positiva en 913.200 millones frente a 514.700 de déficit de 1994. Ello refleja que no ha habido necesidad de financiación del exterior e indica una alta tasa de ahorro interno. Además, el pasado año las inversiones extranjeras en España, alcanzaron los 3,148 billones, frente a una desinversión de 1,317 billones en 1994.

Según datos del Banco de España, publicados ayer, la economía española consiguió el pasado año un saldo positivo en su balanza de pagos, por primera vez desde el año 1987, en que se alcanzó el equilibrio. En todos los años anteriores, hubo déficit de hasta tres billones de pesetas (entre 1989 y 1992).Frente a un déficit de poco más de medio billón de pesetas en 1994 (514.700 millones de pesetas), la balanza de pagos alcanzó el pasado año un superávit de casi un billón de pesetas (913.200 millones), un 1,3% del PIB. Según expertos consultados, el pasado año han coincidido una serie de factores que han favorecido que la economía española no haya necesitado financiación exterior.

Ha mejorado sobre todo el capítulo de transferencias que incluye las que provienen de la Unión Europea. Éstas han pasado de 580.000 millones en 1994 a 1,404 billones en 1995. La razón es que en 1994 se dejaron pagos pendientes para el año siguiente, circunstancia que no es habitual que se produzca. El saldo por servicios se incrementó un 15%, debido sobre todo a la mejora de la balanza por turismo, cuyo superávit creció un 10%.

. Hubo también una disminución del déficit por rentas (pasó de un billón a casi medio) debido a los mayores ingresos por este concepto, que engloba la remuneración por inversiones extranjeras en España. El descenso de tipos de interés y una disminución de las operaciones de lavado de cupón (venta de deuda pública a extranjeros antes del vencimiento para evitar la retención fiscal), explican esta mejora en el capítulo de rentas.

El conjunto de estas partidas comprendidas dentro de la balanza de pagos compensó con creces el aumento del déficit comercial (14%), que pasó de 1,935 billones de pesetas a 2,199 billones el pasado año. Tanto las importaciones como las exportaciones crecieron un 16% en relación a 1994. Las previsiones apuntaban a un déficit comercial mayor, pero la menor actividad de la economía en la segunda mitad del ejercicio se ha traducido en una moderación de las importaciones y ha permitido un déficit comercial inferior al estimado.

Todos estos elementos indican, según los expertos, que la economía española ha generado un mayor ahorro interno, que ha habido menos consumo, que las administraciones públicas han hecho un mayor esfuerzo de austeridad en el gasto y que, en consecuencia, no ha habido necesidad de financiación exterior. El efecto positivo de todo ello es que, por esta parte, no hay presión al alza de los tipos de interés.

En cuanto a la balanza de capitales, los datos publicados ayer por el Banco de España indican que el pasado año se registraron unas salidas netas de 1,170 billones de pesetas, frente a unas entradas de 595.800 millones el año anterior. Este resultado se debió a las fuertes salidas por préstamos y depósitos a corto y adquisiciones temporales de deuda pública española A-1 sistema crediticio a no residentes.

Con todo, lo más relevante de la balanza de capitales del pasado año es la fuerte recuperación de la inversión extranjera en España que fue de 3,148 billones de pesetas, frente a una desiversión de 1,317 billones el año anterior. Según el Banco de España, ello es consecuencia de las compras netas en firme de deuda pública española por no residentes, frente a las ventas netas del año anterior.

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