Obiang maniobra

EL EMBAJADOR de Guinea Ecuatorial en Madrid, Santiago Nsobeya, ha acusado a Radio Exterior de España, el único medio independiente y pluralista al que tiene acceso la mayoría de los guineanos, de ser "como la Radio Libre de las Mil Colinas", que incitó a la limpieza étnica en Ruanda. No es un mero exabrupto del diplomático. Su ministerio atribuye a la radio pública española los pecados de "intoxicación, desinformación, difamación e incitación a la confrontación política, étnica, tribal y regional". Más grave todavía, las noticias procedentes de Malabo dan cuenta de que el régimen de Teodoro Obiang detiene y apalea a los opositores que se atreven a hablar desde Guinea en esta emisora. Su embajador en Madrid ha adelantado también que no habrá visados para los periodistas españoles que deseen cubrir las elecciones presidenciales del 25 de febrero. El pasado 11 de enero, Obiang convocó elecciones presidenciales anticipadas. Fue una decisión en la que, entre otras cosas, influyó la celebración de elecciones legislativas en España el 3 de marzo. El dictador guineano quiere legitimar su poder ante cualquier previsible cambio político en la antigua metrópoli. Obiang teme que el PP pueda ser más beligerante contra su persona y su política de lo que lo ha sido el PSOE.

Obiang cogió por sorpresa a la oposición, dado que las elecciones estaban previstas para junio. Las maniobras del régimen y las propias divisiones internas han llevado a que dos líderes significativos, Severo Moto y Andrés Moisés Mbá Adá, abandonen la Plataforma de Oposición Conjunta (POC) y presenten candidaturas propias. Al resto de la oposición le ha sido prohibido presentarse unida y bajo las siglas de la POC, por lo que Plácido Micó, su coordinador general, ha anunciado que boicoteará las elecciones. Eso expone a la represión a los tres partidos que siguen en la POC, porque la propaganda antielectoral está penada en Guinea.

Teodoro Obiang necesita darle un barniz democrático a su régimen dictatorial. La presión internacional le obligó a celebrar las elecciones municipales del pasado septiembre. La campaña y las votaciones tuvieron unos niveles de libertad aceptables para los cánones guineanos, pero los problemas vinieron al abrir las urnas y proceder al recuento de los votos depositados en ellas. Aunque el primer escrutinio dio 20 alcaldías a la Plataforma de Oposición Conjunta, el régimen corrigió los resultados y le concedió nueve.

Ahora, todos los indicios hacen temer que las elecciones presidenciales van a desarrollarse en un clima muy poco saludable para los valores democráticos, por decirlo de forma suave. Quienes apostaron porque Obiang se avendría a aceptar un juego ya no de pureza democrática pero al menos de mera decencia parecen haberse equivocado de nuevo. No es difícil, por tanto, deducir que Obiang, candidato a la reelección, seguirá al frente de Guinea Ecuatorial cuando se constituya el nuevo Gobierno español.