Un virus de perro causó la muerte de 1.000 leones en Tanzania
El virus del moquillo en los perros ha sido descubierto como culpable de la epidemia que causó en 1994 la muerte de un tercio de los 3.000 leones que habitaban el parque nacional del Serengueti, en Tanzania. El virus se transmitió probablemente a través de las hienas. El peligro de que vuelva a ocurrir un desastre es muy grande, señalan los científicos, aunque se ha empezado una campaña para vacunar a los perros domésticos en la zona circundante.A principios de 1994 cundió la alarma. Unos turistas que sobrevolaban el Serengueti observaron que un león sufría convulsiones y se lo comunicaron a Melody E. Roeke-Parker, veterinaria de vida salvaje que vivía en el parque. Hasta que terminó la epidemia, varios meses más tarde, unos 1.000 leones murieron por la enfermedad, un tercio de la población del Serengueti, una de las más estudiadas del mundo. También resultaron afectados otros animales, y la epidemia se extendió hacia el norte hasta afectar a los leones de la reserva nacional de Masai Mara, en Kenia.Entre especies
En la revista Nature (I de febrero), los científicos descubren al culpable: el virus del moquillo canino o CDV, que ha saltado la barrera entre especies como lo han hecho en la humana los virus del sida y de Ebola. RoelkeParker tomó muestras de tejidos de 32 leones muertos, 11 enfermos y 72 aparentemente sanos y las mandó a laboratorios de varios países. Linda Munson, de Knoxville (EE UU), detectó signos de que la infección podía deberse a este virus; otros científicos lo confirmaron.
La infección de animales por el virus del moquillo no es nueva en el Serengueti. Hubo casos en chacales y zorros en 1978 y en perros salvajes africanos en 1991. Lo nuevo en la última epidernia es su efecto en los leones salvajes. Aunque el virus puede infectar a los gatos domésticos, no suele causarles enfermedad. Pero sí se habían dado casos en leones, tigres y leopardos en zoos de EE UU. Ahora hay una cepa del virus mortal para los leones en esa zona de África que ha emergido en los últimos 10 años.
Esto se sabe porque había suero guardado extraído de leones aparentemente sanos durante las anteriores epidemias y se ha visto que contiene anticuerpos del virus, lo que quiere decir que los animales estaban infectados, pero no enfermos. Los leones afectados en 1994 fueron probablemente los que no tenían defensas frente a la enfermedad. La fuente del virus se identificó mediante el análisis genético, con el resultado de que sólo un 5% de la secuencia de bases es distinta en el virus del perro y en el de los leones.
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