Una reunión descompensada

., España es el único país que celebra cumbres con Marruecos. La que concluyó ayer en Rabat, que se llama formalmente Reunión de Alto Nivel, es la segunda de esta índole. Ni siquiera Francia, el principal socio del país norteafricano, ha establecido estas citas periódicas con el Gobierno marroquí.Las cumbres hispano-marroquíes son foros desequilibrados cuando se desarrollan en Rabat pero, sobre todo, cuando se celebran en la capital española, según opinan numerosos diplomáticos españoles.

Frente al presidente del Gobierno español se sienta un primer ministro marroquí que sólo ostenta una pequeña parte del poder ejecutivo. Quien gobierna de verdad en Marruecos es el rey Hassan II y algunos de sus consejeros más cercanos.Cuando la cumbre tiene lugar en Madrid, el monarca alauita ni aparece. Cuando la cita bilateral se convoca en Rabat, el soberano recibe en audiencia unas horas al huésped español. El resto del tiempo, Felipe González tiene enfrente a un interlocutor avejentado que no es el adecuado porque sus poderes son limitados. Prueba de ello es que, por ejemplo, el pasado verano un consejero real negoció en secreto en Suiza, sin que lo supiese el primer ministro, el desbloqueo del acuerdo de pesca entre la Unión Europea y el reino alauita.

"Una de dos", comenta un alto cargo español que prefiere permanecer en el anonimato, "o Hassan hace como el jefe de Estado francés y asiste a toda la cumbre con el presidente español o se suprimen estas reuniones desequilibradas y se sustituyen por seminarios con la participación de varios ministros de ambos países".