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La familia de Picasso asume el control directo de sus derechos

, Los descendientes de Pablo Picasso -Claude, Paloma, Maya, Marina y Bernard- han creado la sociedad Picasso Administration, con sede social en París, para gestionar los derechos de autor del artista, fallecido en 1973. Es Claude, su hijo, quien ha sido nombrado administrador de la misma por los tribunales. Hasta ahora quien se había ocupado de dicha tarea era la Spadem (Societé de la Proprieté Artistique des Dessins et Modéles) que, el pasado 26 de enero, quedó bajo control judicial debido a sus problemas económico-financieros.La Spadem reconocía unos ingresos anuales que se situaban entre 25 y 27 millones de francos (entre 615 y 660 millones de pesetas). Representaba (y representa aún) los derechos de unos 17.000 artistas (4.000 de manera directa, los otros a través de otras sociedades) pero el nombre de Picasso ocupaba entre ellos un lugar aparte, ya que significaba aproximadamente el 30% del total de la cifra de negocios de la Spadem. En 1987, la Spadem ya había perdido otro gran nombre: Henri Matisse.

La actual directora-gerente de la Spadem, Martine Dauvergne, lamenta que Ios artistas célebres, una vez nosotros hemos saneado el mercado de copias y de gente que utilizaba. sin autorización ni control nombres y reproducciones, opten por instalarse por su cuenta. Los artistas jóvenes necesitan de ellos para poder ser defendidos. Y al revés, los famosos necesitan del empuje de los jóvenes".

El peso de los grandes

Para los pintores o escultores poco conocidos la Spadem era una sociedad muy beneficiosa ya que, por una modesta cuota de 100 francos, alguien cuidaba de controlar la eventual reproducción de sus obras, de cualquier venta o subasta de una de ellas, o de su utilización audiovisual. Obviamente, los grandes financiaban a los jóvenes, a los de segunda fila y modestos. Durante años -desde 1976-, Claude Picasso había sido elegido presidente de Spadem, una manera de capitalizar el potencial de un apellido en favor de un colectivo y de evitar que el peso de la historia se encastillase en la defensa estricta de sus intereses particulares.

Los descendientes de Picasso dicen que la Spadem no había sabido "modernizarse y necesitaba racionalización".

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