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Borrell anuncia que el túnel ferroviario bajo el Estrecho empezara a construirse a finales de 1997

El ministro español de Obras Públicas, José Borrell, anunció ayer que las obras de construcción de un túnel ferroviario bajo el Estrecho de Gibraltar empezarán a finales de 1997 y estarán acabadas en el 2010, pero no aclaró cómo serían financiadas. Borrell hizo esta revelación al término de la primera jornada de la cumbre hispano-marroquí, a la que asiste junto con el presidente Felipe González y otros seis ministros. A primera hora de la noche el rey Hassan Il recibió en audiencia a González.Borrell afirmó que, tras 15 años de estudio sobre lo que debía ser el enlace fijo entre España y Marruecos, ha quedado seleccionada la opción del túnel ferroviario y se ha descartado la del puente. Su longitud sería de 28 kilómetros, a una profundidad máxima de 400 metros bajo el nivel del mar y de 100 metros bajo el nivel de la superficie marina. Empezaría cerca de Tarifa y acabaría casi en Tánger.

El ministro estimó el coste del proyecto en medio billón de pesetas. Él y su homólogo marroquí acudirán juntos a Bruselas para presentar la iniciativa y tratar de obtener financiación de la Unión Europea aunque, añadió, "la tasa de rentabilidad será adecuada para que la inversión resulte atractiva para el sector privado". Una galería experimental, que servirá de vía de servicio pero por la que no circularán trenes, empezará a ser cosntruida dentro de menos de dos años.

Mensaje de Filali

La jornada empezó con una reunión plenaria entre ambas delegaciones en la que el primer ministro marroquí, Abdelatif Filali, explicó a sus huéspedes que España podrá sacar provecho de la buena racha económía que va a atravesar Marruecos si previamente es generosa con su vecino del sur. Filali tuvo la deferencia de dirigirse en español a su audiencia para resaltar el "nuevo impulso con el cual pretendemos sellar nuestras relaciones" que, reconoció, "han atravesado dificultades".

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La política económica fomentada por su Gobierno, prosiguió, "ha creado un entorno propicio para los negocios al que España debería sacar provecho". Previamente, el Ejecutivo español debe levantar las hipotecas que perjudican a nuestras relaciones para instaurar un clima de confianza".

Por si la invitación a aligerar la carga financiera que padece Marruecos no hubiese estado clara, Filali volvió después a la carga. Preguntado sobre si pediría a su interlocutor que condonase parte de la deuda marroquí con España, que asciende a 242.300 millones de pesetas, contestó: "España tiene un papel muy importante aquí y debe hacer algo en esa materia" además de concederle hoy un crédito de 150.000 millones de pesetas.

En definitiva, los marroquíes han pedido que España siga los pasos de Francia, que el mes pasado aceptó convertir parte de su deuda en inversiones en empresas marroquíes privatizables y renunció a cobrar otra parte a cambio de que Rabat dedique esa misma cantidad a promover cultivos alternativos al canabis en el Rif. En la práctica se trata de una condonación.

Ante la prensa, González rehusó emplear la palabra "condonación" pero sí se declaró dispuesto a "buscar fórmulas que permitan desarrollar operaciones especiales". Hoy se acordará la creación de un grupo de trabajo sobre la deuda.

El presidente español también vino a Rabat con una lista de peticiones. La única que destacó en sus palabras de respuesta a Filial¡ es que ponga fin a la discriminación que padecen los 8.000 españoles residentes en Marruecos cuyos permisos de residencia deben ser renovados anualmente, mientras los otros ciudadanos europeos obtienen tarjetas válidas para varios años.

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