La cruzada fluvial
Velilla pide a sus pescadores que exterminen al pez gato que trajo la base de Torrejón
El Ameiurus nebulosos trae de cabeza al gobierno socialista San de de San Antonio (3.750 habitantes). Y no porque sea una bacteria o un virus que pone en peligro la salud de la población, sino porque es un pez que se come todo lo que se mueve en la laguna municipal de El Raso, una vieja gravera alimentada por aguas subterraneas y recuperada, para ocio de los vecinos por la Comunidad de Madrid en 1992. Tanta es su voracidad que está acabando incluso con los peces autóctonos de la laguna, las carpas.Según el Ayuntamiento, los soldados americanos de la base de Torrejón de Ardoz (88.250 habitantes), aficionados a la pesca, introdujeron en la laguna hace unos años el Ameiurus nebulosos -conocido popularmente con el nombre de pez gato- Según Pedro Talaván, concejal de Medio Ambiente de Velilla, "a los americanos les gustaba pescar este bicho y lo trajeron desde Estados Unidos. Sabían que aquí se reproduciría bien". Y así fue. Al cabo de unos años, los peces gato están a punto de acabar con las últimas carpas de la gravera. Las luces de alarma se han encendido en el Consistorio.
El Ayuntamiento ha decidido esta semana firmar su sentencia de muerte. A los pescadores locales y foráneos se les dará licencia para pescarlo en masa. "Vamos a pedir a la asociación local de pescadores que los pesque a mansalva y que, por supuesto, no los vuelva a echar a la laguna. A los pescadores que sigan nuestras indicaciones, se les aumentará el tiempo de pesca", dice Talaván. Actualmente, en la laguna sólo se puede pescar con permiso municipal durante un par de horas. "Los que más pesquen, más tiempo podrán seguir haciéndolo", anuncia el edil. También se colocarán carteles a lo largo de la ribera de la gravera recordando a los pescadores la necesidad de acabar con este pez. "Nos gustaría reducirlo a la mínima expresión", añade el edil. El pez gato puede llegar a medir unos 45 centímetros, posee una cabeza ancha y aplanada provista de ocho largos barbilones. Es de color pardo amarillento y, según los pescadores, posee un feo aspecto. "Es horroroso y tiene unos largos bigotes. De todas formas, todo lo que tiene de feo, lo tiene de sabroso. En alguna ocasión, alguien del pueblo lo cocinó y está bastante bueno", comentaba el martes un vecino.
El Ayuntamiento -si los pescadores acaban con el pez gato- proyecta repoblar la laguna con peces de la zona. "Y hasta puede que organicemos un concurso gastronómico en el que premiemos la mejor manera de cocinar al dichoso pez gato. ¿Por qué no?", termina el concejal de Medio Ambiente que también lo es de Cultura.
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