Alemania anuncia un vasto plan de recortes sociales y de impuestos para evitar la recesión

El Gobierno federal alemán presentó. ayer en 50 puntos un Programa de acción para las inversiones y puestos de trabajo, con el objetivo de reducir al fin de siglo a la mitad la cifra actual de casi cuatro millones de parados y asegurar la competividad económica del país. El paquete de medidas contiene reducciones de impuestos, algunos recortes en prestaciones sociales y flexibilidad en el empleo más un amplio programa de privatizaciones. Al mismo tiempo, el Gobierno presentó el informe económico con las previsiones para este año: el crecimiento del producto interior bruto (PIB) alcanzará sólo un 1,5%, el paro se moverá en torno al 10% y los precios subirán un 2%.

"Gestión bajo pánico"

Un comentarista del telediario de la segunda cadena pública alemana ZDF tituló ayer su opinión sobre el plan del Gobierno "Gestión bajo pánico" y se preguntaba por qué ha sido necesario esperar a que el número de parados llegue a cuatro millones para tomar medidas y por qué no se adoptaron hace tres o cuatro años.

En las 19 páginas de texto sobre el paquete de medidas económicas, más otras 110 del informe anual sobre la economía y más tres cuartos de hora de declaración ante la prensa de los ministros federales de Economía, el liberal Guenter Rexrodt (FDP), de Hacienda, el socialcristiano bávaro Theo Waigel (CSU), y el de Trabajo, el democristiano Norbert Bluerri (CDU), quedan un sinfín de cuestiones pendientes que no puede resolver el Gobierno federal por su cuenta.

Falta la conformidad de los sindicatos, del Parlamento Federal (Bundestag) y de los estados federados. De hecho ayer, el presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos, Dieter Schulte, afirmó que las medidas, además de "insuficientes", ponen en peligro el pacto por el empleo recientemente acordado. Criticó que el plan del Gobierno está cargado de "ideología privatizadora".

Queda también la duda fundada de si, además del objetivo a largo plazo de reducir el paro a la mitad, no se esconde por debajo otro más inmediato y político para la coalición entre democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP) que gobierna en Bonn, como sería salir airosos de las tres elecciones regionales del próximo 24 de marzo.

El nuevo programa económico no se parece a los aplicados en los setenta para fomentar el empleo, a base de un incremento del gasto público, sino que se basa en lo contrario: el ahorro y redución de la presencia del Estado en la economía. Se pretende reducir su peso del actual 50% a un 46% a finales de siglo. En esta misma línea, el ministro de Economía Rexrodt dijo bien claro que el paquete equivale a un choque multivitamínico, pero "no se trata de un programa de gastos según el modelo keynesiano, sino más bien corregir las condiciones para las inversiones y la creación de puestos de trabajo" y añadió: "Este programa no es un catálogo de horrores para el desmantelamiento social". El ministro de Trabajo Bluem, la conciencia social del Gobierno, advirtió: "No ahorramos por el placer del ahorro, sino para crear más puestos de trabajo".

La cuestión esencial de cómo se conseguirá crear empleo con un crecimiento del 1,5% anual permanece sin respuesta. Rexrodt declaró que "el paro, con una tasa del 10%, es y será nuestro máximo problema. A pesar de dos años y medio de crecimiento moderado, no se muestra hasta ahora un cambio en la evolución del mercado de trabajo". No obstante, fiel a la máxima de mantenerse inasequibles al desaliento, Rexrodt expresó la convicción de que las medidas anunciadas empezarán a surtir efecto inmediato. Se trata de crear una plataforma para que los tres actores sociales (sindicatos, empresarios y Gobierno) participen según la dirección marcada.

Ampliar la jubilación

Sin concretar en el programa presentado ayer, se anticipan planes para ampliar la edad de jubilación hacia los 63 años, que es la fijada ahora por la ley, pero no la efectiva -la media real de retiro de los alemanes oscila por debajo de los 59 años- Para reducir el paro se prevé la introducción de trabajos a tiempo parcial, se permitirán contratos temporales por más tiempo, se autorizan los contratos en cadena y se facilitará el despido en las pequeñas empresas.

Bonn se muestra convencido de que Alemania podrá cumplir con los criterios de convergencia fijados por el Tratado de Maastricht. Waigel destacó el hecho de que las medidas anunciadas ayer en Bonn se lanzaron de forma coordinada con Francia. Esto no quiere decir que se concierten los paquetes, sino se trata de dar una señal de que los dos países del eje central de la Unión Europea cabalgan juntos, aunque no revueltos. Los mercados reaccionaron positivamente al anuncio del Gobierno. La Bolsa de Francfort ganó casi un 0,74%.