GonzáIez da a entender que algunos jueces maltratan al partido socialista

El presidente del Gobierno, Felipe González, vertió ayer quejas por el comportamiento de Tribunal Supremo, en concreto, y por la actuación de algunos jueces, en abstracto, durante el debate sobre la presencia del ex ministro del Interior José Barrionuevo en la candidatura por Madrid. El líder del PSOE asumió la defensa de la permanencia de Barrionuevo en las listas y, en términos casi dramáticos, dijo a sus compañeros del comité federal que la decisión afecta directamente a la autonomía del PSOE. "Si no tomamos esta decisión [incluir a Barrionuevo] perderemos la autonomía para siempre".

González llamó la atención sobre el hecho de que por primera vez en los años de democracia el supremo ha llevado a efecto el procesamiento de un diputado cuando las cámaras están disueltas. "Siempre se habían paralizado los procesos hasta después de las elecciones", lamentó.Sobre las siete de la tarde, el salón del Comité Federal del PSOE ofrecía una panorámica tupida de brazos en alto a favor de la aprobación de la lista de Madrid con Barrionuevo en ella. No fue necesario hacer recuento. De los dos centenares de integrantes, sólo hubo 10 votos en contra y dos abstenciones.

Como estaba previsto, fue la lista de Madrid la que provocó debate político. Para sorpresa de todos y para disolver toda duda, González asumió en persona la defensa del ex ministro. Después de expresar la queja citada hacia el Supremo, González ligó la autonomía del PSOE como partido la decisión del comité federal a favor de Barrionuevo y pidió que no se haga caso de las críticas de sectores ajenos al partido. La remisa del razonamiento es que Barrionuevo es inocente a juicio de la inmensa mayoría de los socialistas.

Después de un turno a favor y en contra, González tomó la palabra y recordó que tras las elecciones de 1989 empezaron a ponerse en duda los resultados y, por tanto, la victoria del PSOE. "Hubo muchos recursos, y un juez en Murcia dijo que si de él dependiera, éstos [los socialistas] no tendrán la mayoría absoluta".

Tras el recordatorio, González fue directamente al grano de su queja: "Por primera vez en la democracia, el Tribunal Supremo toma una decisión con las cámaras disueltas, cuando siempre había paralizado los procesos hasta después de las elecciones". Ciertamente, el procesamiento contra Barrionuevo ha cogido por sorpresa al Gobierno y a la dirección del PSOE. Estaban persuadidos de que el Supremo esperaría hasta después de las elecciones.

Después de esta crítica, González planteó una disyuntiva, al ligar el mantenimiento en la lista del ex ministro procesado por tres delitos relacionados con los GAL con la autonomía del PSOE como fuerza política independiente de presiones de cualquier poder. La teoría de la "independencia de la política" y, en concreto, del PSOE, es desarrollada por Alfonso Guerra, precisamente desde las elecciones de 1989.

El ex presidente regional de Madrid Joaquín Leguina la desarrolla con vehemencia cada vez que le dan oportunidad. González aseguró ayer que lo que el federal iba a votar "afecta al futuro del partido y es una decisión que incide en la autonomía [...] O tomamos ahora esta decisión [incluir a Barrionuevo] o perdemos la autonomía para siempre".

El presidente del Gobierno, antes de que empezara la votación, precisó que este asunto no se estaría tratando si Barrionuevo estuviera implicado en un caso de corrupción económica. "Estamos hablando de defensa del Estado", subrayó.

Antes, los miembros de Izquierda Socialista Antonio García Santesmases, que figura en la lista madrileña junto a Barrionuevo, y Vicent Garcés, pidieron que se excluyera al ex ministro, aún salvando su presunción de inocencia, para no trasladar a los electores un problema del PSOE. Garcés propuso que hubiera dos votaciones, una sobre la lista de Madrid y otra para decidir si iba o no Barrionuevo. La mesa del comité federal rechazó la propuesta. Fernando Morán tuvo una intervención distinta al asegurar que tiene dudas sobre si Barrionuevo debía o no ir en la lista.

A favor de Barrionuevo se manifestaron también el secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky y Jordi Solé Tura. Éste último dijo: "O asumimos que el GAL es una construcción nuestra o, si no es así, Barrionuevo tiene que ir en la lista". Según Solé Tura, si se excluye al ex ministro "la presión seguirá para quitar a otro", es decir, a González.