La ONU pide a Alemania que no devuelva a Bosnia a 300.000 refugiados
La Sarajevo La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) pidió ayer al Gobierno alemán que dé marcha atrás en su decisión de devolver a Bosnia a partir de abril a los más de 300.000 refugiados del país balcánico en suelo germano. El llamamiento de la ONU se produce un día antes de que los titulares de Interior de los 16 länder alemanes se reúnan con el ministro federal, Manfred Kanther, para discutir la repatriación.
Los verdes alemanes secundan la petición de la ONU. La representante de ACNUR en Alemania, Judith, Kurnin, ha elogiado una sugerencia de Kanther en el sentido de que a los refugiados debe permitírseles que visiten los lugares a los que regresarán en Bosnia para ver por sí mismos en qué condiciones están. Alemania aloja a más refugiados bosnios que todos los restantes países de la Unión Europea juntos.El actual estatus de los refugiados bosnios en Alemania, que impide que sean devueltos a su país, expira el 30 de marzo próximo. Informaciones periodísticas sugieren que en la reunión de hoy puede decidirse extender la fecha límite hasta junio o julio, para comenzar entonces la repatriación en varias oleadas. La Unión Cristiano Social, el partido gobernante de Baviera, donde están asentados más de 60.000 bosnios, pidió el miércoles que se ponga fin a la ayuda económica a los refugiados.
Quienes se oponen a la repatriación argumentan que es todavía muy, pronto para forzar el regreso a sus hogares de los refugiados. Muchos de los expatriados que viven en Alemania son musulmanes procedentes de zonas bajo control de los serbios de Bosnia y temen ser víctimas de nuevos ataques si regresan ahora. "Los refugiados sólo pueden volver con seguridad cuando los criminales de guerra hayan sido llevados los tribunales y se hayan celebrado elecciones democráticas", dicen lo contrarios a la repatriación.
El mando de la OTAN en Bosnia afirmó ayer haber tomado todas las medidas para garantizar la seguridad de la fuerza multinacional allí desplegada. Dos soldados portugueses y uno italiano murieron el miércoles en un acuartelamiento de Sarajevo al manipular una granada de fragmentación. La explosión, que desató otras menores, hirió a otros diez militares.
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